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Trastornos relacionados con sustancias


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[292.89]
A. Consumo reciente de cocaína.
B. Cambios psicológicos o comportamentales desadaptativos clínicamente significati-

(continúa)

Trastornos relacionados con cocaína 237


Criterios para el diagnóstico de F14.00 Intoxicación por cocaína

[292.89] (continuación)
vos (p. ej., euforia o afectividad embotada; aumento de la sociabilidad; hipervigi- lancia; sensibilidad interpersonal; ansiedad; tensión o cólera; comportamientos este- reotipados; deterioro de la capacidad de juicio, o deterioro de la actividad laboral o social) que se presentan durante, o poco tiempo después, del consumo de cocaína.
C. Dos o más de los siguientes signos, que aparecen durante o poco tiempo después del consumo de cocaína:
(1) taquicardia o bradicardia

(2) dilatación pupilar

(3) aumento o disminución de la tensión arterial

(4) sudoración o escalofríos

(5) náuseas o vómitos

(6) pérdida de peso demostrable

(7) agitación o retraso psicomotores

(8) debilidad muscular, depresión respiratoria, dolor en el pecho o arritmias car- díacas

(9) confusión, crisis comiciales, discinesias, distonías o coma


D. Los síntomas no se deben a enfermedad médica si se explican mejor por la pre- sencia de otro trastorno mental
F14.3 Abstinencia de cocaína [292.0]
Véanse también la descripción y los criterios diagnósticos para la abstinencia de sustancias

(v. pág. 190). La característica esencial de la abstinencia de cocaína es la presencia de un síndrome característico de abstinencia que aparece en pocas horas o algunos días después de interrumpir (o disminuir) el consumo abundante y prolongado de cocaína (Criterios A y B). El síndrome de abs- tinencia se caracteriza por la presencia de un estado de ánimo disfórico acompañado por dos o más

de los siguientes cambios fisiológicos: fatiga, sueños vívidos y desagradables, insomnio o hiper- somnia, aumento del apetito y retraso o agitación psicomotores. Puede haber, sin formar parte de los criterios diagnósticos, anhedonía y deseo irresistible de cocaína (craving). Estos síntomas pro- vocan un malestar clínico significativo o deterioro laboral, social o de otras áreas importantes de

la actividad del individuo (Criterio C). Los síntomas no se deberán a enfermedad médica ni se ex- plicarán mejor por la presencia de otro trastorno mental (Criterio D).

Los síntomas de abstinencia aguda («crash») se observan con frecuencia después de períodos de consumo de dosis altas y repetidas («runs» o «binges»). Estos períodos se caracterizan por senti- mientos intensos y desagradables de lasitud y depresión que requieren generalmente algunos días

de descanso y recuperación. Pueden aparecer síntomas depresivos con ideas o comportamiento suicidas, que constituyen el problema más grave observado durante el «crashing» u otras formas de abstinencia de cocaína. Un número no despreciable de sujetos con dependencia de cocaína tienen pocos o ningún síntoma demostrable de abstinencia al interrumpir su consumo.



238 Trastornos relacionados con sustancias

Criterios para el diagnóstico



de F14.3 Abstinencia de cocaína [292.0]
A. Interrupción (o disminución) del consumo prolongado de abundantes cantidades de cocaína.
B. Estado de ánimo disfórico y dos (o más) de los siguientes cambios fisiológicos que aparecen pocas horas o días después del Criterio A:
(1) fatiga

(2) sueños vívidos y desagradables

(3) insomnio o hipersomnia

(4) aumento del apetito

(5) retraso o agitación psicomotores


C. Los síntomas del Criterio B causan un malestar clínicamente significativo o un deterioro de la actividad laboral, social o de otras áreas importantes de la activi- dad del sujeto.
D. Los síntomas no son debidos a enfermedad médica ni se explican mejor por la presencia de otro trastorno mental.
Otros trastornos inducidos por cocaína
Los siguientes trastornos inducidos por cocaína se describen en otras secciones del manual que tratan sobre los trastornos con los que comparten características fenomenológicas: delirium por intoxicación por cocaína (pág. 135), trastorno psicótico inducido por cocaína (pág. 317), tras- torno del estado de ánimo inducido por cocaína (pág. 379), trastorno de ansiedad inducido por cocaína (pág. 451), trastorno sexual inducido por cocaína (pág. 532), trastorno del sue- ño inducido por cocaína (pág. 617). Estos trastornos se diagnostican en lugar de los diagnósticos

de intoxicación por abstinencia de cocaína sólo cuando los síntomas exceden de los habitualmente asociados al síndrome de intoxicación por abstinencia de cocaína y son de suficiente gravedad como para merecer una atención clínica independiente.



Información adicional sobre los trastornos relacionados con cocaína

Características y trastornos asociados
Características descriptivas y trastornos mentales asociados. La cocaína es una droga de acción corta que tiene efectos potentes y rápidos sobre el sistema nervioso central, especialmente cuando se consume por vía intravenosa o cuando es fumada en forma de crack. La cocaína, cuan-

do es inyectada o fumada, produce de forma típica una sensación instantánea de bienestar, con- fianza y euforia. Pueden presentarse cambios de comportamiento espectaculares en poco tiempo, sobre todo cuando hay dependencia. Los sujetos con dependencia de cocaína gastan miles de dó-



Trastornos relacionados con cocaína 239

lares en corto espacio de tiempo para obtener la sustancia dando lugar a catástrofes económicas que

suponen la pérdida de los ahorros y de la propia casa. Los sujetos emprenden actividades delictivas para conseguir dinero. La dependencia a largo plazo produce comportamientos erráticos, aislamien-

to social y disfunción sexual. El comportamiento agresivo puede ser debido a los efectos de la co- caína; la violencia se asocia también con el mercado de la droga. Como resultado del aumento del deseo sexual o de la utilización del sexo con el propósito de obtener cocaína (o dinero para com- prarla) se desarrolla un comportamiento sexual promiscuo que llega a ser un factor de propagación de transmisión de enfermedades sexuales, incluyendo el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).

La intoxicación aguda por dosis altas de cocaína puede asociarse a lenguaje prolijo o confu- so, dolor de cabeza, ideas transitorias de referencia y tinnitus. Puede haber ideación paranoide, alucinaciones auditivas con conciencia clara y alucinaciones táctiles («coke bugs»), que el propio usuario reconoce como efectos de la cocaína. Pueden aparecer una cólera extrema con amenazas

o comportamientos agresivos. Son frecuentes los cambios del estado de ánimo, como depresión, ideas suicidas, irritabilidad, anhedonía, labilidad emocional o alteraciones de la atención y con- centración, especialmente durante la abstinencia de cocaína.

Los sujetos con dependencia de cocaína presentan a menudo síntomas depresivos que cumplen los criterios diagnósticos para el trastorno depresivo mayor (v. trastorno del estado de ánimo in- ducido por sustancias, pág. 379). No son raras historias de repetidas crisis de angustia, comporta- miento afín a la fobia social y síndromes afines a la ansiedad generalizada (v. trastorno de ansie- dad inducido por sustancias, pág. 451). Los trastornos de la conducta alimentaria pueden también asociarse a esta sustancia. Uno de los casos más graves de toxicidad de la cocaína es el trastorno psicótico inducido por cocaína (v. pág. 317), un trastorno con ideas delirantes y alucinaciones que

se parece a la esquizofrenia de tipo paranoide. Las alteraciones mentales que aparecen asociadas

a la cocaína se resuelven habitualmente horas después de interrumpir el consumo de cocaína, aun- que pueden persistir semanas.

Los sujetos con dependencia de cocaína presentan con frecuencia respuestas condicionadas a los estímulos relacionados con la cocaína (p. ej., necesidad irresistible de mirar sustancias afines

al polvo). Estas respuestas contribuyen probablemente a la recaída, son difíciles de extinguir y per- sisten de forma típica largo tiempo después de completada la desintoxicación. Los trastornos por consumo de cocaína se asocian a menudo con dependencia o abuso de otras sustancias, especial- mente alcohol, marihuana y benzodiacepinas, que son ingeridas para reducir la ansiedad y otros efectos estimulantes secundarios desagradables de la cocaína. La dependencia de cocaína puede asociarse al trastorno por estrés postraumático, trastorno antisocial de la personalidad, trastorno por déficit de atención con hiperactividad y al juego patológico.
Hallazgos de laboratorio. La mayoría de los laboratorios determinan la benzoilecgonina, metabolito de la cocaína, que permanece típicamente en la orina 1-3 días después de una dosis úni-

ca y puede estar presente durante 7-12 días en los sujetos que consumen dosis altas de forma repe- tida. Pruebas de función hepática moderadamente alteradas se observan en sujetos que se inyectan cocaína o consumen alcohol en exceso asociado a la cocaína. El consumo de cocaína puede aso- ciarse a hepatitis, a enfermedades de transmisión sexual que incluyen el VIH y a tuberculosis. Oca- sionalmente se observan en las radiografías de tórax neumonía y neumotórax. La interrupción del consumo crónico se asocia a menudo con cambios electroencefalográficos, alteraciones de la se- creción de prolactina y disregulación (down-regulation) de los receptores de la dopamina.


Hallazgos de la exploración física y enfermedades médicas asociadas. Puede darse una amplia gama de enfermedades médicas según la vía de administración de la cocaína. Las personas que la consumen por vía intranasal («esnifándola» = «snort») presentan con frecuencia sinusitis, irritación y hemorragia de la mucosa nasal, y perforación del tabique nasal. Los que fuman coca- ína tienen un riesgo mayor de presentar problemas respiratorios (p. ej., tos, bronquitis y neumonía

240 Trastornos relacionados con sustancias

debido a la irritación e inflamación de los tejidos de revestimiento del tracto respiratorio). Las per-

sonas que se inyectan cocaína tienen marcas de los pinchazos en los antebrazos, como los sujetos que presentan dependencia a los opiáceos. La infección por VIH se asocia a la dependencia de co- caína debido al uso frecuente de inyecciones intravenosas y al aumento de la promiscuidad sexual.

Se observan también otras enfermedades de transmisión sexual, hepatitis, tuberculosis y otras in- fecciones pulmonares. La dependencia de cocaína (en cualquier forma de administración) se aso- cia frecuentemente a pérdida de peso y malnutrición debido a los efectos supresores del apetito.

El dolor en el pecho también es un síntoma frecuente. Las maniobras parecidas a las de Valsalva que se hacen para absorber mejor la cocaína inhalada pueden provocar neumotórax. En sujetos jó- venes y con buena salud el consumo de cocaína se asocia a infarto de miocardio, muerte súbita por paro respiratorio o cardíaco y accidentes vasculares cerebrales. Estos incidentes son provoca- dos por la capacidad de la cocaína para aumentar la tensión arterial, provocar vasoconstricción y alterar la actividad eléctrica del corazón. Con el consumo de cocaína se han observado crisis co- miciales, palpitaciones y arritmias. Entre las personas que venden cocaína son frecuentes las pe- leas y comportamientos violentos que dan lugar a lesiones traumáticas. El consumo de cocaína en- tre las mujeres embarazadas se ha asociado a irregularidades placentarias, placenta previa y au-

mento del nacimiento de niños con bajo peso.



Síntomas dependientes de la cultura, la edad y el sexo
El consumo de cocaína y los trastornos que provoca afectan a todas las razas, a todos los gru- pos socioeconómicos, edad y sexo de Estados Unidos. Los trastornos relacionados con la cocaína son más frecuentes en sujetos entre los 18 y 30 años. Aunque la epidemia actual de consumo de co- caína empezó en los años setenta entre la gente rica, esto ha cambiado y ahora incluye a grupos so- cioeconómicos más bajos residentes en áreas metropolitanas. Las áreas rurales que antes estaban li- bres de problemas relacionados con drogas ilegales también han sido afectadas. Como ocurre con otros trastornos relacionados con sustancias, los varones los presentan con mayor frecuencia que las mujeres. Los trastornos por consumo de cocaína están repartidos por igual entre varones y mujeres.

Prevalencia
Una encuesta comunitaria realizada en Estados Unidos en 1991 encontró que el 12 % de la po- blación había consumido cocaína una o más veces en su vida; el 3 % lo había hecho en el último año y menos del 1 % en el último mes. Debido a que el estudio valoraba patrones de consumo más que diagnósticos, se desconoce cuántos de los que consumen cocaína tienen síntomas que cum- plan los criterios diagnósticos para la dependencia o el abuso. Una encuesta comunitaria realiza-

da en Estados Unidos entre 1980 y 1985 usando criterios DSM-III, que sólo reconoce el abuso de cocaína, encontró que cerca del 0,2 % de la población adulta había abusado de la cocaína alguna vez en su vida. Entre ellos, el 17 % la había consumido en el último mes, el 46 % había tenido al- gún problema con la cocaína en este tiempo y el 46 % había tenido algún problema con la cocaí-

na en el último año. Estos datos dan idea del aumento del consumo de cocaína experimentado des- de mediados de los años ochenta.

Curso
Como con las anfetaminas, la dependencia de cocaína se asocia a dos patrones de autoadmi- nistración: consumo episódico o diario (o casi diario). En el patrón episódico, el uso de cocaína

Trastornos relacionados con cocaína 241

tiende a estar separado por 2 o más días del no uso (p. ej., consumo intenso los fines de semana

o consumo varios días a la semana). Los atracones («binges») son una forma de consumo episó- dico que implica de forma típica un consumo de dosis altas en un período de horas o días, que con frecuencia se asocia a dependencia. Los atracones terminan habitualmente cuando se termina la cocaína. El consumo diario puede implicar dosis altas o bajas y puede aparecer a lo largo del día

o estar restringido a unas horas. En el consumo crónico diario generalmente no hay fluctuaciones muy amplias de las dosis, pero sí un aumento de las dosis a lo largo del tiempo.

El consumo intravenoso o fumado de cocaína tiende a asociarse particularmente con una progre- sión rápida del uso al abuso o dependencia, que aparece con frecuencia en semanas o meses. El con- sumo intranasal se asocia con una progresión más gradual, apareciendo la dependencia habitualmente

en meses o años. La dependencia se asocia frecuentemente a una progresiva tolerancia a los efectos indeseables de la cocaína, lo que lleva a un aumento de las dosis. Con el consumo continuado hay una disminución de los efectos agradables debidos a la tolerancia y a un aumento de los efectos disfóricos. Hay pocos datos disponibles sobre el curso a largo plazo de los trastornos por consumo de cocaína.



Diagnóstico diferencial
Para una exposición general del diagnóstico diferencial de los trastornos relacionados con sus- tancias, véase la página 196. Los trastornos inducidos por cocaína se caracterizan por síntomas

(p. ej., estado de ánimo deprimido) que se parecen a los de los trastornos mentales primarios

(p. ej., trastorno depresivo mayor versus trastorno del estado de ánimo inducido por cocaína, con síntomas depresivos, de inicio durante la abstinencia). Véase la página 199 para el comentario de este diagnóstico diferencial. Las acusadas alteraciones mentales que pueden ser el resultado de los efectos de la cocaína deben distinguirse de los síntomas de esquizofrenia de tipo paranoide, trastorno bipolar y otros trastornos del estado de ánimo, trastorno de ansiedad generaliza-

da y trastorno de angustia.

La intoxicación por anfetamina y la intoxicación por fenciclidina pueden provocar un cua- dro clínico similar, que con frecuencia se distingue de la intoxicación por cocaína por la presencia

de metabolitos de la cocaína en muestras de orina o plasma. La intoxicación y la abstinencia de cocaína se distinguen de los otros trastornos inducidos por cocaína (p. ej., trastorno de ansiedad inducido por cocaína, de inicio durante la intoxicación) en que los síntomas de estos últimos tras- tornos exceden de los que habitualmente se asocian a la intoxicación por cocaína o a la abstinencia

de cocaína y son de suficiente gravedad como para merecer una atención clínica independiente.



Relación con los Criterios Diagnósticos de Investigación de la CIE-10
Los criterios diagnósticos de la CIE-10 y del DSM-IV para la intoxicación y abstinencia de cocaína son prácticamente iguales, excepto en el hecho de que los criterios de la CIE-10 para la abstinencia de esta sustancia incluyen el anhelo (craving) por la cocaína como síntoma adi- cional.

F15.9 Trastorno relacionado con cocaína no especificado [292.9]
La categoría trastorno relacionado con cocaína no especificado se reserva para los trastornos asociados con el consumo de cocaína que no se clasifican como dependencia de cocaína, abuso de cocaína, intoxicación por cocaína, abstinencia de cocaína, delirium por intoxicación por cocaína, trastorno psicótico inducido por cocaína, trastorno del estado de ánimo inducido por cocaína, tras-

242 Trastornos relacionados con sustancias

torno de ansiedad inducido por cocaína, disfunción sexual inducida por cocaína o trastorno del

sueño inducido por cocaína.

Trastornos relacionados con fenciclidina (o sustancias de acción similar)

Las fenciclidinas (o sustancias de acción similar) incluyen la fenciclidina (PCP, Sernylan) y

compuestos de acción similar como la ketamina (Ketalar, Ketaject) y un análogo de la fenciclidi-

na del grupo de los tiofenos (TCP; 1-[1-2-tienil-ciclohexil]-piperidina). Estas sustancias se desa- rrollaron inicialmente como anestésicos en los años cincuenta, para convertirse en drogas fácil- mente accesibles en la calle en los años sesenta. Se pueden tomar por vía oral o intravenosa o bien

se fuman. La fenciclidina (vendida ilegalmente bajo una serie de nombres como PCP, polvo de án- gel y píldora de la paz) es la sustancia más consumida en este grupo.

En este apartado se comentan específicamente los trastornos relacionados con la fenciclidi- na. La descripción y los criterios diagnósticos ya han sido expuestos en los aspectos genéricos

de la dependencia de sustancias (pág. 182) y del abuso de sustancias (pág. 188). La descripción

de la dependencia y el abuso de fenciclidina se hace a continuación, aunque no hay criterios diagnósticos específicos para la dependencia o el abuso de fenciclidina. Luego, también se ex- ponen la descripción y los criterios diagnósticos para la intoxicación por fenciclidina. La rele- vancia clínica de la abstinencia de fenciclidina es dudosa, y, aunque pueden aparecer síntomas,

el diagnóstico de abstinencia de fenciclidina no se incluye en este manual. Los trastornos indu- cidos por fenciclidina (al margen de la intoxicación por fenciclidina) se describen en las sec- ciones de este manual que tratan sobre los trastornos con los que comparten características fe- nomenológicas (p. ej., el trastorno psicótico inducido por fenciclidina se incluye en la sección

«Esquizofrenia y otros trastornos psicóticos»). A continuación se enumeran los trastornos por consumo de fenciclidina.



Trastornos por consumo de fenciclidina
F19.2x Dependencia de fenciclidina [304.90] (v. pág. 243)

F19.1 Abuso de fenciclidina [305.90] (v. pág. 243)

Trastornos inducidos por fenciclidina
F19.00 Intoxicación por fenciclidina [292.89] (v. pág. 244)

[Para CIE-9-MC especificar si: Con alteraciones perceptivas]



F19.04 Intoxicación por fenciclidina, con alteraciones perceptivas

F19.03 Delirium por intoxicación por fenciclidina [292.81] (v. pág. 135)

F19.51 Trastorno psicótico inducido por fenciclidina, con ideas delirantes [292.11] (v. pági- na 317)

Especificar si: De inicio durante la intoxicación

F19.52 Trastorno psicótico inducido por fenciclidina, con alucinaciones [292.12] (v. pági- na 317)

Especificar si: De inicio durante la intoxicación

F19.8 Trastorno del estado de ánimo inducido por fenciclidina [292.84] (v. pág. 379)

Especificar si: De inicio durante la intoxicación

Trastornos relacionados con la fenciclidina (o sustancias de acción similar) 243

F19.8 Trastorno de ansiedad inducido por fenciclidina [292.89] (v. pág. 451)

Especificar si: De inicio durante la intoxicación
F19.9 Trastorno relacionado con la fenciclidina no especificado [292.9] (v. pág. 247)

Trastornos por consumo de fenciclidina

F19.2x Dependencia de fenciclidina [304.90]
Véanse también la descripción y los criterios diagnósticos para la dependencia de sustancias

(v. pág. 182). Algunos de los criterios genéricos para la dependencia de sustancias no son aplica- bles a la fenciclidina. A pesar de que se ha descrito anhelo (craving) en individuos con consumo muy importante, en seres humanos no se han demostrado claramente ni síntomas de tolerancia ni síntomas de abstinencia (si bien ambos se han descrito en estudios con animales). Obtener fenci- clidina no suele ser difícil y los sujetos con dependencia de fenciclidina suelen fumarla dos a tres veces al día, dedicando, pues, una buena parte de su tiempo al consumo de la sustancia y a la ex- perimentación de sus efectos. El consumo de fenciclidina puede continuar a pesar de la presencia

de alteraciones psicológicas (p. ej., desinhibición, ansiedad, rabia, agresión, pánico, flashbacks) o alteraciones médicas (p. ej., hipertermia, hipertensión, crisis comiciales) que el sujeto sabe que es- tán causadas por la sustancia. Los individuos con dependencia de fenciclidina pueden manifestar comportamientos peligrosos debido a la falta de conciencia y de juicio científico durante la into- xicación. La agresividad física ha sido identificada como un efecto adverso específico de la fen- ciclidina. Al igual que con los alucinógenos, las reacciones adversas a la fenciclidina pueden ser más frecuentes en sujetos con trastornos mentales previos.

Especificaciones
Pueden aplicarse las siguientes especificaciones al diagnóstico dependencia de fenciclidina

(v. pág. 185 para más detalles).

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