Reports 1995-1998 Edited by Dwain C. Epps

Support for Protestant Churches’ efforts to achieve equal treatment under the law

Letter to the Rev. Bishop Francisco Anabalón, President of the Council of Evangelical Pastors of Chile, 24 November 1997.

Con consternación y honda preocupación recibimos las noticias de las diferencias que separan a la Iglesia Católica de las Iglesias Evangélicas de Chile con respecto al proyecto de ley de culto bajo consideración del Senado en estos días.

El Consejo Mundial de Iglesias se ha dedicado, muy particularmente desde 1945, al derecho de libertad religiosa considerándolo fundamental al cuerpo universal de los derechos humanos. El artículo 18 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos es producto de este trabajo, como son las normas similares incluidas en los distintos instrumentos internacionales que fueron elaborados posteriormente. Para el CMI, el derecho a la libertad religiosa forma parte íntegra del conjunto de los derechos humanos, y al mismo tiempo es una piedra fundamental del edificio del régimen del derecho en el estado moderno. Este derecho no debe considerarse, decía la V Asamblea del CMI en Nairobi (1975), como privilegio de ninguna iglesia particular, pero que es esencial para que toda iglesia pueda servir plenamente a su nación y a la sociedad de que forma parte.

Durante muchos años, se diferenciaron las perspectivas del CMI de las de la Iglesia Católica Romana en esta materia. Pero la Declaración del Concilio Vaticano II sobre la libertad religiosa nos acercó, eliminando casi totalmente las anteriores diferencias.

El CMI tuvo el gran privilegio de trabajar en estrecha colaboración con la Iglesia Católica de Chile y con la Conferencia de Obispos en los sombríos tiempos de la dictadura militar después de 1973, como hicieron también las Iglesias Evangélicas de Chile que se unieron con esa Iglesia en la lucha por los derechos humanos. Nos asombra ver, ahora, que el espíritu ecuménico que marcaba estos últimos 25 años se deshace frente al nuevo proyecto de ley que busca establecer el principio de igualdad de derecho entre iglesias y otras manifestaciones de culto.

Esperamos que la Iglesia Católica Romana de Chile no insista en pedir un estado particular por razones históricas o de Estado. Creemos firmemente que el presente proyecto de ley no debe considerarse bajo tales criterios. El Gobierno de Chile y el pueblo chileno tienen ahora una gran oportunidad de tomar el liderazgo en el campo de los derechos humanos en América Latina en cuanto a la libertad religiosa.

Bajo esta esperanza, y con nuestro mayor respeto por la Iglesia Católica Romana en Chile, estaremos siguiendo las discusiones de estos días al respecto. Que el Espíritu Santo los guíe a todos, hombres y mujeres de las iglesias, y responsables del Senado, para que lleguen a un acuerdo justo, corrigiendo errores del pasado, y abriendo un futuro sin ninguna discriminación basada en la opción de fe libremente tomada por todo ciudadano chileno.

En Cristo, el único Señor,

Dwain C. Epps

Director, Comisión de las Iglesias en Asuntos Internacionales

Dear Bishop,

We have received with deep concern news of the differences that separate the Catholic Church from the Protestant churches of Chile with respect to the draft law on religion under consideration in the Senate in these days.

The World Council of Churches has devoted considerable attention, in particular since 1945, to the right to religious freedom, that it considers fundamental to the universal body of human rights. Article 18 of the Universal Declaration of Human Rights is the fruit of this work, as are the similar norms included in various international instruments that were elaborated subsequently. For the WCC, the right to religious liberty is both an integral part of the body of human rights and at the same time a cornerstone of the edifice of the rule of law and of the modern state. This right should not be considered, as the V WCC Assembly said in Nairobi (1975), as a privilege of any particular church, but rather as essential for every church to serve fully the nation and society of which it is a part.

For many years, the Roman Catholic Church and the WCC had differing perspectives in this field. But the Declaration on Religious Freedom of the Second Vatican Council brought us closer together, eliminating nearly all earlier differences.

The WCC had the great privilege of working in close collaboration with the Roman Catholic Church and with the Episcopal Conference in the dark times of the military dictatorship after 1973, as did the Protestant churches of Chile that joined with that church in the struggle for human rights. We are astonished to hear, now, that the ecumenical spirit that marked those past 25 years is falling apart in the face of a new draft law that seeks to establish the principle of equality of rights among churches and other manifestations of religion.

We hope that the Roman Catholic Church in Chile will not insist in asking for a special status for reasons either of history or the State. We firmly believe that the present draft law should not be considered under such a light. The Government and people of Chile have now a great opportunity to take leadership in the field of human rights in Latin America with respect to religious freedom.

It is with this hope and with deep respect for the Roman Catholic Church in Chile that we will be following discussions on this matter in the coming days. May the Holy Spirit guide you all, men and women of the churches and of the Senate, that you may reach a fair agreement, correcting the errors of the past, and opening up a future without discrimination of any sort based on freely adopted expressions of belief by every Chilean citizen.

In Christ, the One Lord,

Dwain C. Epps

Director, Commission of the Churches

on International Affairs

Communication on the 25^th anniversary of the military coup d’état