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Fundación para la Paz Interior


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LECCIÓN 356



La enfermedad no es sino otro nombre para el pecado. La curación no es sino otro nombre para Dios.

El milagro es, por lo tanto, una invocación que se le hace a Él.
1. Padre, prometiste que jamás dejarías de contestar cualquier petición que Tu Hijo pudiese hacerte. 2No importa dónde esté, cuál parezca ser su problema o en qué crea haberse convertido. 3Él es Tu Hijo, y Tú le con­testarás. 4El milagro es un reflejo de Tu Amor, y, por lo tanto, es la contestación que él recibe. 5Tu Nombre reemplaza a todo pensamiento de pecado, y aquel que es inocente jamás puede sufrir dolor alguno. 6Tu Nombre es la respuesta que le das a Tu Hijo porque al invocar Tu Nom­bre él invoca el suyo propio.
LECCIÓN 357
La verdad contesta toda invocación que le hacemos a Dios, respondiendo en primer lugar con milagros, y retornando luego a nosotros para ser ella misma.
1. El perdón -el reflejo de la verdad- me enseña cómo ofrecer milagros y así escapar de la prisión en la que creo vivir. 2Tu santo Hijo me es señalado, primero en mi hermano, y después en mí. 3Tu Voz me enseña con gran paciencia a oír Tu Palabra y a dar tal como recibo. 4Y conforme contemplo a Tu Hijo hoy, oigo Tu Voz indicándome la manera de llegar a Ti, tal como Tú dispusiste que ésta debía ser:
5"Contempla su impecabilidad y sé curado".

LECCIÓN 358



Ninguna invocación a Dios puede dejar de ser oída o no recibir respuesta. Y de esto puedo estar seguro: Su respuesta es la única que realmente deseo.
1. Tú que recuerdas lo que realmente soy, eres el único que recuerda lo que realmente deseo. 2Hablas en Nombre de Dios, y, por lo tanto, hablas en mi nombre. 3Y lo que me concedes procede de Dios Mismo. 4Tu Voz, entonces, Padre mío, es mía también, y lo único que quiero es lo que Tú me ofreces, en la forma exacta en que Tú eliges que yo lo reciba. 5Permí­teme recordar todo lo que no sé, y deja que mi voz se acalle, mientras lo recuerdo. 6Y no dejes que me olvide de Tu Amor ni de Tu cuidado, antes bien, ayúdame a mantener siempre presente en mi conciencia la pro­mesa que le hiciste a Tu Hijo. 7No dejes que olvide que mi ser no es nada, pero que mi Ser lo es todo.
LECCIÓN 359
La respuesta de Dios es alguna forma de paz. Todo dolor sana; toda aflicción queda reemplazada por la dicha. Las puertas de la prisión se abren. Y se comprende que todo pecado no es más que un simple error.
1. Padre, hoy vamos a perdonar Tu mundo y a dejar que la creación sea Tuya. 2Hemos entendido todas las cosas erróneamente. 3Pero no hemos podido convertir a los santos Hijos de Dios en pecadores. 4Lo que Tú creaste libre de pecado ha de permanecer así por siempre jamás. 5Ésa es nuestra condición. 6Y nos regocijamos al darnos cuenta de que los erro­res que hemos cometido no tienen efectos reales sobre nosotros. 7El pecado es imposible, y en este hecho descansa el perdón sobre una base mucho más sólida que el mundo de sombras que vemos. 8Ayúdanos a perdonar, pues queremos ser redimidos. 9Ayúdanos a perdonar, pues que­remos estar en paz.
LECCIÓN 360
Que la paz sea conmigo, el santo Hijo de Dios. Que la paz sea con mi hermano, que es uno conmigo. Y que a través nuestro, el mundo sea bendecido con paz.
1. Padre, Tu paz es lo que quiero dar, al haberla recibido de Ti. 2Yo soy Tu Hijo, eternamente como Tú me creaste, pues los Grandes Rayos permanecen en mí por siempre serenos e imperturbables. 3Quiero llegar a ellos en silencio y con certeza, pues en ninguna otra parte se puede hallar certeza. 4Que la paz sea conmigo, así como con el mundo. 5En la santidad fuimos creados y en la santidad seguimos. 6En Tu Hijo, al igual que en Ti, no hay mancha alguna de pecado. 7Y con este pensa­miento decimos felizmente “Amén”.
LECCIONES FINALES
Introducción
1. En nuestras lecciones finales utilizaremos la mínima cantidad de palabras posible. 2Tan sólo las utilizaremos al principio de nuestras prácticas, y únicamente para que nos recuerden que lo que buscamos es ir más allá de ellas. 3Dirijámonos a Aquel que nos guía en nuestro camino y que imparte seguridad a nuestros pasos. 4En Sus manos dejamos estas lecciones, y de aquí en ade­lante le entregamos también nuestras vidas. 5Pues no queremos volver a creer en el pecado, que fue lo que hizo que el mundo pareciese un lugar feo e inseguro, hostil y destructor, peligroso desde cualquier punto de vista, y traicionero más allá de cual­quier esperanza de poder tener confianza o de escapar del dolor.

2. El suyo es el único camino para hallar la paz que Dios nos ha dado. 2Su camino es el que todo el mundo tiene que recorrer al final, pues éste es el final que Dios Mismo dispuso. 3En el sueño del tiempo este final parece ser algo muy remoto. 4Sin embargo, en verdad ya está aquí, como un amable guía que nos indica qué camino tomar. 5Marchemos juntos por el camino que la verdad nos señala. 6Y seamos los líderes de los muchos hermanos que andan en busca del camino, pero que no lo encuentran.

3. Consagremos nuestras mentes a este propósito, poniendo todos nuestros pensamientos al servicio de la salvación. 2La meta que se nos ha asignado es la de perdonar al mundo. 3Ésa es la función que Dios nos ha encomendado. 4Y lo que buscamos es el final del sueño, no como nosotros queremos que dicho final sea, sino como lo quiere Dios. 5Pues no podremos sino reconocer que todo aque­llo que perdonamos es parte de Dios Mismo. 6Y así, Su recuerdo se reinstaurará en nosotros completamente y en su totalidad.

4. Nuestra función es recordarlo a Él aquí en la tierra, tal como se nos ha dado ser Su Propia compleción en la realidad. 2No nos olvidemos, por lo tanto, de que nuestro objetivo es uno que com­partimos, pues en ese recordar es donde radica el recuerdo de Dios y lo que nos señala el camino que conduce hasta Él y hasta el Remanso de Su paz. 3¿Cómo no vamos a perdonar a nuestro her­mano, que es quien nos puede ofrecer esto? 4Él es el camino, la verdad y la vida que nos muestra el sendero. 5En él reside la sal­vación, que se nos ofrece a través del perdón que le concedemos.

5. No terminaremos este año sin el regalo que nuestro Padre le prometió a Su santo Hijo. 2Hemos sido perdonados. 3Y nos encon­tramos a salvo de toda la ira que le atribuíamos a Dios y que después descubrimos no era más que un sueño. 4Se nos ha resti­tuido la cordura, en la que comprendemos que la ira es una locura, el ataque algo demente y la venganza una mera fantasía pueril. 5Nos hemos salvado de la ira porque nos dimos cuenta de que estábamos equivocados. 6Eso es todo. 7¿Y se encolerizaría un padre con su hijo porque éste no hubiese comprendido la verdad?

6. Venimos a Dios y con honestidad le decimos que no habíamos entendido, y le pedimos que nos ayude a aprender Sus lecciones a través de la Voz del Maestro que Él Mismo nos dio. 2¿E iba Dios acaso a hacerle daño a Su Hijo? 3¿O bien se apresuraría a contes­tar de inmediato, diciendo: "Este es Mi Hijo, y todo lo que tengo le pertenece"? 4Ten por seguro que así es como responderá, pues éstas son Sus Propias Palabras para ti. 5Y nadie podrá jamás tener más que esto, pues en esas Palabras yace todo lo que existe y todo lo que jamás existirá por los siglos de los siglos, así como en la eternidad.


LECCIONES 361-365
Te entrego este instante santo.

Sé Tú Quien dirige, pues quiero simplemente seguirte, seguro de que Tu dirección me brindará paz.
1. Y si necesito una palabra de aliento, Él me la dará. 2Si necesito un pensamiento, Él me lo dará también. 3Y si lo que necesito es quietud y una mente receptiva y serena, ésos serán los regalos que de Él recibiré. 4Él está a cargo a petición mía. 5Y me oirá y contestará porque Él habla en Nombre de Dios mi Padre y de Su santo Hijo.

EPÍLOGO

1. Este curso es un comienzo, no un final. 2Tu Amigo te acompaña. 3No estás solo. 4Nadie puede llamarlo en vano. 5Sean cuales sean tus problemas ten por seguro que Él tiene la solución y que gusto­samente te la dará sólo con que te dirijas a Él y se la pidas. 6Él no se negará a darte todas las respuestas que necesites para cualquier cosa que parezca perturbarte. 7Él sabe cómo solventar todos los problemas y aclarar todas las dudas. 8Su certeza es tuya. 9Tan sólo necesitas pedírsela, para que te sea dada.

2. Tu llegada al hogar es tan segura como la trayectoria que ha sido trazada para el sol antes de que despunte el alba, después del ocaso y en las horas de luminosidad parcial que transcurren entremedias. 2De hecho, tu camino es todavía más seguro. 3Pues es imposible cambiar el curso de aquellos que Dios ha llamado a Su vera. 4Obedece, por lo tanto, tu voluntad, y sigue a Aquel a Quien aceptaste como tu voz, para que te diga lo que realmente quieres y necesitas. 5Suya es la Voz que habla por Dios y también por ti. 6Por lo tanto, Él habla de la libertad y de la verdad.

3. Ya no se asignarán más lecciones específicas, pues ya no son necesarias. 2En lo sucesivo, oye tan sólo la Voz que habla por Dios y por tu Ser cuando abandonas el mundo para buscar en su lugar la realidad. 3Él dirigirá tus esfuerzos, diciéndote exactamente lo que debes hacer, cómo dirigir tu mente y cuándo debes venir a Él en silencio, pidiendo Su dirección infalible y Su Palabra certera. 4Suya es la Palabra que Dios te ha dado. 5Suya es la Palabra que elegiste para que fuese la tuya propia.

4. Y ahora os pongo en Sus manos, para que seáis Sus fieles segui­dores y Él, vuestro Guía en toda dificultad o dolor que consideréis real. 2Él no os dará ningún placer pasajero, pues sólo da lo bueno y lo eterno. 3Dejad que Él os prepare aún más. 4Él se ha ganado vuestra confianza hablándoos diariamente de vuestro Padre, de vuestro hermano y de vuestro Ser. 5Y continuará haciéndolo. 6Ahora camináis con Él, tan seguros de vuestro destino como lo está Él; tan seguros de cómo debéis proceder como lo está Él; tan seguros de la meta y de que al final la alcanzaréis como lo está Él.

5. El final es seguro, y los medios también. 2A esto decimos "Amén". 3Cada vez que tengas que tomar una decisión se te indi­cará claramente cuál es la Voluntad de Dios para ti al respecto. 4Y Él hablará por Dios y por tu Ser, asegurándose así de que el infierno no te reclame, y de que cada decisión que tomes te acer­que aún más al Cielo. 5Así es como hemos de caminar con Él de ahora en adelante, recurriendo a Él para que nos guíe, nos brinde paz y nos ofrezca una dirección segura: 6El júbilo nos acompaña, 7pues nos dirigimos a nuestro hogar a través de una puerta que Dios ha mantenido abierta para darnos la bienvenida.



6. A Él le encomendamos nuestros pasos y decimos "Amén”. 2Continuaremos recorriendo Su camino en paz; confiándole todas las cosas. 3Yesperaremos Sus respuestas llenos de confianza, cuando le preguntemos cuál es la Voluntad de Dios en todo lo que hagamos. 4Él ama al Hijo de Dios tal como nosotros queremos amarlo. 5Y nos enseña cómo contemplarlo a través de Sus ojos y a amarlo tal cómo Él lo ama. 6No caminas solo. 7Los ángeles de Dios revolotean a tu alrededor, muy cerca de ti. 8Su Amor te rodea, y de esto puedes estar seguro: yo nunca te dejaré desamparado.
FIN
* * *

* N.T. A la palabra "unicidad", que de acuerdo al Diccionario de la Real Academia Española significa "calidad de único", se le ha dado aquí un nuevo significado. En la presente obra se ha utilizado "unicidad" exclusivamente para traducir la palabra inglesa "oneness" en su acepción de: "calidad, estado o hecho de ser uno".

* Ibíd pág. 158


* Ibíd. pág. 158


* Ibíd pág. 158

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