Ana səhifə

Span 90m Prof. Luis E. Cárcamo-Huechante Harvard University Fall 2006 Miguel Angel Asturias: sus venas y sus vetas de escritura


Yüklə 34.5 Kb.
tarix18.07.2016
ölçüsü34.5 Kb.


SPAN 90m

Prof. Luis E. Cárcamo-Huechante

Harvard University

Fall 2006
Miguel Angel Asturias:

sus venas y sus vetas de escritura

Guatemala

Guatemala es un país centroamericano de enorme riqueza cultural, un país en que se habla principalmente castellano, quiché y cakchiquel. Se trata de una sociedad pluriétnica y culturalmente heterógenea, marcada por la presencia hispano-criolla, por el vasto mundo de las comunidades mayas y por los denominados ladinos, categoría que agruparía tanto al mundo mestizo como al indígena “asimilado.” En otro nivel, la economía guatemalteca está fuertemente asociada a la tierra: el café, la producción bananera y el maíz.

Allí, en ese país de esplendor y sufrimientos, en ese país modesto y bello, nació un hombre que llegaría a obtener el Premio Nobel de Literatura en 1967: Miguel Angel Asturias.
Asturias
Asturias nació en 1899 en Ciudad de Guatemala, capital del país. Falleció en Madrid en 1974. Sus padres fueron Ernesto Asturias y María Rosales.

El escritor guatemalteco creció en un país marcado por la violencia política: el país de la dictadura de Manuel Estrada Cabrera (1899-1920). Ya es un joven universitario cuando cae el régimen de Estrada Cabrera; participa del movimiento opositor a éste a través de la Asociación de Estudiantes Unionistas. El joven Asturias estudiaba derecho en esa época en la Universidad de San Carlos.

El mismo joven escritor que escribe sonetos clásicos entre 1925 y 1930, promueve, junto a otros compañeros de universidad, la fundación de la Universidad Popular de Guatemala, orientada a impartir educación universitaria entre los obreros de su país. Pero, además de lo popular, a Asturias le importa la masiva realidad indígena de Guatemala: en 1922, escribe su tesis de derecho bajo el título El problema social del indio.

Miguel Angel Asturias inicia en los años 20 una serie de viajes con el fin de ampliar su educación intelectual, realizando estudios universitarios no siempre concluidos. En 1924 viaja a Londres a estudiar economía política. Luego, ese mismo año, se desplaza a París, donde asiste a las clases del estudioso francés de las religiones amerindias Georges Raynaud, en la Escuela de Altos Estudios. En 1926, junto a J.M. González de Mendoza, traduce el español el Popol Vuh, teniendo como fuente la versión francesa de Georges Raynaud. En este período parisino, conoce y entabla amistad con autores de la vanguardia europea como André Breton y Tristan Tzara.

En 1927, su versión del Popol Vuh es publicada Viaja, viaja, y viaja. Y escribe sonetos que, precisamente, nos hablan de viajes: he ahí los sonetos “Teseo” y “Ulises,” los cuales hemos leído para la clase y que forman parte de lo que Asturias escribe entre 1925 y 1930.

En 1930, Asturias publica sus Leyendas de Guatemala, registra su inmersión simbólica en una doble tradición: la del pueblo maya-quiché y la del mundo popular cristiano. Las Leyendas de Guatemala se republican en francés en 1931, con prólogo del poeta Paul Valéry.

En 1936, estalla la guerra civil española y Asturias se identifica con la causa republicana.

En 1944, triunfa el movimiento revolucionario. El liberal Juan José Arévalo asume el gobierno de la Revolución y será luego sucedido por Jacobo Arbenz, quien gobernará el país entre 1951 y 1954.

Este gobierno liberal y populista impulsaría una vasta reforma agraria, afectando los intereses de compañías extranjeras, especialmente los de la United Fruit Company. Será derrocado por el coronel Castillo Armas, con apoyo de la oligarquía criolla y la base naval en Honduras de los Estados Unidos. Bajo estas circunstancias, Asturias, en circunstancias que cumplía funciones diplomáticas en El Salvador, se traslada a Chile, para hospedarse en casa de Pablo Neruda. Luego, se establece en Buenos Aires, Argentina.

Vetas de escritura

La producción literaria de Asturias se podría caracterizar en torno a varias vertientes que se van entrecruzando con el tiempo:




  1. La poesía de carácter clacisista. En un significativo segmento de su producción poética se puede apreciar una refinada asimilación de formas y contenidos clásicos de la lírica occidental. Los sonetos incluidos en libros tales como Sonetos (1936) o en Ejercicios poéticos en forma de sonetos sobre temas de Horacio (1951) son expresión de esta veta creativa.

Es así que los poemas leídos para nuestras primeras sesiones, tales como “Teseo’ y “Ulises,” exhiben una pulcritud estilística y una refinada cultura literaria por parte del autor guatemalteco. El poeta y escritor guatemalteco retoma la forma del soneto, con su estructura clásica de dos cuartetos y dos tercetos, en verso endecasílabo. Asimismo, estos sonetos recurren a la mitología clásica griega, como ocurre en los títulos citados, al igual que en otros textos de este período. En los sonetos “Teseo” y “Ulises,” Asturias re-significa figuras míticas provenientes de la tradición griega, para situarlos dentro de una poética subjetiva o personal: una poética del viaje y la búsqueda.

“Teseo” es un soneto que comienza con un título que, vía el sutil juego de la paronomasia, culmina con la palabra deseo. “Ulises” metaforiza la experiencia de aquél que viaja y que, al retornar a su país, ya es otro. Estos sonetos, de un modo mediado, remiten a la significación que tienen los viajes en las propias transformaciones vitales del “autor real” en el curso de los años 20 y de su vida en general.




  1. El indigenismo “desde fuera.” La narrativa, la poesía y el quehacer intelectual de Asturias se hallan atravesados por su constante diálogo con el universo simbólico maya e indígena de Guatemala y Mesoamérica. Desde su condición de intelectual criollo, Asturias dedicaría gran parte de su obra literaria e intelectual a construir una relación creativa entre su mundo ladino e hispano-occidental y el universo maya e indígena. Se trata de un esfuerzo por dar cuenta de una Guatemala compuesta por ese mundo criollo, ladino, cristiano, occidental, del cual él mismo proviene, y de ese otro cosmos de los pueblos originarios que componen lo que es hoy en día el sub-continente centroamericano.

En este sentido, varias obras literarias de Asturias se ubican en el registro del denominado indigenismo. El indigenismo constituyó una forma de pensamiento cultural y artístico que se propuso representar y resaltar la realidad social, política, económica y cultural de los pueblos originarios en América Latina. Cobró gran visibilidad en las literaturas de la región andina, Centroamérica y México, particularmente desde los años 20 en adelante—aunque sus primeras manifestaciones se puedan rastrear a finales del siglo anterior.


Asturias marcó un hito significativo en la literatura hispanoamericana y en el circuito literario internacional con la escritura y publicación de las Leyendas de Guatemala (1930). Este libro oscila entre lo ladino y lo maya-quiché, lo cristiano y lo indígena, lo oral y lo escrito: un corpus mestizo, de motivación indigenista. Uno de los significativos aportes de este conjunto de narraciones es la manera en que, vía el género de la leyenda, construye un discurso literario, en que se funden poesía y narrativa, símbolo e imagen, materializando una visión, un lenguaje y un estilo concebidos a partir del mundo del mito.
A su vez, varios de los poemas de Asturias escritos en los 40 expresan líricamente esta veta indigenista tan característica de su imaginario literario. Poemas como “Tecún Uman” registran dicho indigenismo a través de un sugestivo uso de la onomatopeya. Esto adquiere también resonancia en su poema “Marimba tocada por indios,” en el cual el poeta establece un sugestivo cruce entre la cultura guatemalteca ladina, la cultura india y la tradición africana.
Se debe subrayar además el hecho que en los textos narrativos y poéticos referidos aparecen todos los elementos que caracterizan el indigenismo, aunque la visión del indio es desde fuera de su cultura y su situación vital concretas. Sin embargo, en un libro posterior como Hombres de maíz (1949), Asturias logra una mayor consistencia en su modo de involucrarse tanto con la perspectiva mítica y simbólica como con la experiencia histórico-social de los pueblos indígenas de Guatemala.


  1. La novela del dictador. Los contactos entre literatura y política, ficción literaria e historia política, cobran gran significación en la obra de Asturias, particularmente estremecido por los procesos políticos y sociales que marcarán a Guatemala en el curso del siglo veinte. La experiencia de las dictaduras de Manuel Estrada Cabrera (1899-1920) y Jorge Ubico (1931-1944) influyen en la trayectoria política y estética de Asturias. La figura de Estrada Cabrera de hecho sería una referencia gravitante en la escritura de su novela El señor presidente, escrita a inicios de la década del 30 y publicada en 1946. Centrada en la figura de un tirano, esta obra de Asturias constituye una obra paradigmática en el género de la denominada novela del dictador.1




  1. La narrativa de carácter anti-imperialista y nacional-popular. En continuidad con esta vertiente histórico-política que marca la literatura de Asturias, cabe también destacar el carácter anti-imperialista que adquiere su producción literaria, específicamente como una reacción en contra de la injerencia en Guatemala de fuerzas económicas, políticas y militares ligadas a los Estados Unidos.

Asturias enfrenta con su pluma la expoliación a la que se vería sometido su país a manos de fuerzas políticas conservadoras, de la oligarquía local y del gran poder que adquiere, especialmente bajo el amparo de la dictadura de Ubico, la compañía bananera norteamericana United Fruit Company. Desde su ficción literaria, aborda la presencia depredadora del capital extranjero en Guatemala y, asimismo, solidariza con los procesos de cambio emprendidos por la Revolución Guatemalteca de 1944. El revés sufrido por el gobierno reformista de Jacobo Arbenz, derrocado en 1954 por los sectores conservadores de la sociedad guatemalteca y con apoyo militar de Estados Unidos, fue un duro golpe a su sensibilidad social.


En estos escenarios, Asturias ejerce una “literatura comprometida,” cuya expresión más notable la constituyeron aquellas novelas que la crítica ha categorizado como “la trilogía bananera” o “el ciclo bananero”: Viento fuerte (1950), El Papa verde (1954) y Week-end en Guatemala (1957). En estas narraciones, de acentuado carácter anti-imperialista, aparece asimismo un sentido de solidaridad hacia su pueblo y de afecto por la nación: Guatemala. Lo nacional-popular así marca el lenguaje y la perspectiva de sus ficciones anti-imperialistas.
Este sentimiento nacional adquiere dimensión poética en su poesía escrita durante la etapa posterior al ’54, particularmente en los versos que, con desgarro y amor, escribe desde su exilio en Buenos Aires. Así se registra, por ejemplo, en su poema “Quiromancia,” un poema cuyo motivo amatorio es la patria lejana:
Oigo pegando mis oídos

al mapa vivo de tu suelo

que llevo aquí, aquí en las manos,

repicar todas tus campanas,

parpadear todas tus estrellas.
Al desposarme con mi tierra

haced, amigos, mi sortija

con la luciérnaga más sola.

La inmensa noche de mi muerte

duerma mi sien sobre mi mano

con la luciérnaga más sola.




1 En esta misma tradición de la novela del dictador, caben mencionar: Tirano Banderas (1926, España) de Ramón del Valle-Inclán, La sombra del caudillo (1929, México) deLuis Martín Guzmán, El recurso del método (1974, Cuba) de Alejo Carpentier, Yo el supremo (1974, Paraguay) de Augusto Roa Bastos y El otoño del patriarca (1975, Colombia) de Gabriel García Márquez, entre las obras más influyentes.



Verilənlər bazası müəlliflik hüququ ilə müdafiə olunur ©atelim.com 2016
rəhbərliyinə müraciət