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Nuevo Testamento evangelio de san mateo


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23 1Levantándose todos, le llevaron a Pilato, y 2comenzaron a acusarle, diciendo: Hemos encontrado a éste pervirtiendo a nuestro pueblo; prohíbe pagar tributo al César y dice ser El el Mesías rey. 3Pilato le preguntó, diciendo: ¿Eres tú el rey de los judíos? El respondió y dijo: Tú lo dices. 4Pilato dijo a los príncipes de los sacerdotes y a la muchedumbre: Ningún delito hallo en este hombre. 5Pero ellos insistían, diciendo: Subleva al pueblo enseñando por toda la Judea, desde Galilea hasta aquí.
Presentación a Herodes

6Oyendo esto Pilato, preguntó si aquel hombre era galileo, 7y enterado de que era de la jurisdicción de Herodes, le envió a éste, que estaba también en Jerusalén por aquellos días. 8Viendo Herodes a Jesús, se alegró mucho, pues desde hacía bastante tiempo deseaba verle, porque había oído hablar de El y esperaba ver de El alguna señal. 9Le hizo bastantes preguntas, pero El no le contestó nada. 10Estaban presentes los príncipes de los sacerdotes y los escribas, que insistentemente le acusaban, 11Herodes con su escolta le despreció, y por burla le vistió una vestidura blanca y se lo devolvió a Pilato. 12En aquel día se hicieron amigos uno del otro, Herodes y Pilato, pues antes eran enemigos.
Jesús y Barrabás

(Mt 27,15-26; Mc 15,6-15; Jn 18,39-40)



13Pilato, convocando a los príncipes de los sacerdotes, a los magistrados y al pueblo, les dijo: 14Me habéis traído a este hombre como alborotador del pueblo, y habiéndole interrogado yo ante vosotros, no hallé en él delito alguno de los que alegáis contra El. 15Y ni aun Herodes, pues nos lo ha vuelto a enviar. Nada, pues, ha hecho digno de muerte. 16Le corregiré y le soltaré. 17Tenía que soltarles uno por la fiesta. 18Pero todos a una comenzaron a gritar, diciendo: Quítale y suéltanos a Barrabás, 19el cual había sido encarcelado por un motín ocurrido en la ciudad y por homicidio. 20De nuevo Pilato se dirigió a ellos, queriendo librar a Jesús. 21Pero ellos gritaban diciendo: Crucifícale, crucifícale. 22Por tercera vez les dijo: ¿Qué mal ha hecho? Yo no encuentro en El nada digno de muerte; le corregiré y le soltaré. 23Pero ellos a grandes voces instaban pidiendo que fuese crucificado, y sus voces prevalecieron. 24Decidió, pues, Pilato acceder a su petición. 25Soltó al que por motín y homicidio había sido puesto en la cárcel, según le pedían, y entregó a Jesús a la voluntad de ellos.
Camino del Gólgota

(Mt 27,31-32; Mc 15,29-31: Jn 19,16-17)



26Cuando le llevaban echaron mano de un cierto Simón de Cirene, que venía del campo, y le cargaron con la cruz para que la llevase en pos de Jesús. 27Le seguía una gran muchedumbre del pueblo y de mujeres, que se herían y lamentaban por El. 28Vuelto a ellas Jesús, dijo: Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, llorad más bien por vosotras mismas y por vuestros hijos, 29porque días vendrán en que se dirá: Dichosas las estériles, y los vientres que no engendraron, y los pechos que no amamantaron. 30Entonces dirán a los montes: Caed sobre nosotros, y a los collados: Ocultadnos, 31porque si esto se hace en el leño verde, en el seco, ¿qué será? 32Con El llevaban otros dos malhechores para ser ejecutados.
La crucifixión

(Mt 27,33-34; Mc 15,22-32; Jn 19,16-24)



33Cuando llegaron al lugar llamado Calvario, le crucificaron allí, y a los dos malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda. 34Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Dividiendo sus vestidos, echaron suerte sobre ellos. 35El pueblo estaba allí mirando, y los príncipes mismos se burlaban, diciendo: A otros salvó; sálvese a sí mismo, si es el Mesías de Dios, el Elegido. 36Y le escarnecían también los soldados, que se acercaban a El ofreciéndole vinagre 37y diciendo: Si eres el rey de los judíos, sálvate a ti mismo. 38Había también una inscripción sobre El: «Este es el rey de los judíos».
Los dos ladrones

(Mt 27,45-56; Mc 15,33-41; Jn 19,28-30)



39Uno de los malhechores crucificados le insultaba, diciendo: ¿No eres tú el Mesías? Sálvate, pues, a ti mismo y a nosotros. 40Pero el otro, tomando la palabra, le reprendía, diciendo: ¿Ni tú, que estás sufriendo el mismo suplicio, temes a Dios? 41En nosotros se cumple la justicia, pues recibimos el digno castigo de nuestras obras; pero éste nada malo ha hecho. 42Y decía: Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino. 43El le dijo: En verdad te digo, hoy serás conmigo en el paraíso. 44Era ya como la hora de sexta, y las tinieblas cubrieron toda la tierra hasta la hora de nona, 45obscurecióse el sol y el velo del templo se rasgó por medio. 46Jesús, dando una gran voz, dijo: Padre, en tus manos entrego mi espíritu; y diciendo esto expiró.
La hora de la verdad

47Viéndolo el centurión, glorificó a Dios, diciendo: Verdaderamente este hombre era justo. 48Toda la muchedumbre que había asistido a aquel espectáculo, viendo lo sucedido, se volvía hiriéndose el pecho. 49Todos sus conocidos y las mujeres que le habían seguido de Galilea estaban a distancia y contemplaban todo esto.
La sepultura

(Mt 27,57-61; Mc 15,42-47; Jn 19,38-42)



50Un varón de nombre José, que era miembro del consejo , hombre bueno y justo, 51que no había dado su asentimiento a la resolución y a los actos de aquellos, originario de Arimatea, ciudad de Judea, que esperaba el reino de Dios, 52se presentó a Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús; 53y bajándole, le envolvió en una sábana y le depositó en un monumento cavado en la roca, donde ninguno había sido aún sepultado. 54Era día de la Parasceve y estaba para comenzar el sábado. 55Las mujeres que habían venido con El de Galilea le siguieron y vieron el monumento y cómo fue depositado su cuerpo. 56A la vuelta prepararon aromas y mirra. Durante el sábado se estuvieron quietas por causa del precepto.
El sepulcro vacío

(Mt 28,1-8; Mc 16,1-8; Jn 20,1-10)



24 1Pero el primer día de la semana, muy de mañana, vinieron al monumento, trayendo los aromas que habían preparado, 2y encontraron removida del monumento la piedra, 3y entrando, no hallaron el cuerpo del Señor Jesús. 4Estando ellas perplejas sobre esto, se les presentaron dos hombres vestidos de vestiduras deslumbrantes. 5Mientras ellas se quedaron aterrorizadas y bajaron la cabeza hacia el suelo, les dijeron: ¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? 6No está aquí, ha resucitado. Acordaos cómo os habló estando aún en Galilea, 7diciendo que el Hijo del hombre había de ser entregado en poder de pecadores, y ser crucificado, y resucitar al tercer día. 8Ellas se acordaron de sus palabras, 9y volviendo del monumento, comunicaron todo esto a los once y a todos los demás. 10Eran María la Magdalena, Juana y María de Santiago y las demás que estaban con ellas. Dijeron esto a los apóstoles, 11pero a ellos les parecieron desatinos tales relatos y no los creyeron. 12Pero Pedro se levantó y corrió al monumento, e inclinándose vio sólo los lienzos, y se volvió a casa admirado de lo ocurrido.
En el camino de Emaús

(Mc 16,12-13)



13El mismo día, dos de ellos iban a una aldea, que dista de Jerusalén sesenta estadios, llamada Emaús, 14y hablaban entre sí de todos estos acontecimientos. 15Mientras iban hablando y razonando, el mismo Jesús se les acercó e iba con ellos, 16pero sus ojos no podían reconocerle. 17y les dijo: ¿Que discursos son estos que vais haciendo entre vosotros mientras camináis? Ellos se detuvieron entristecidos, 18y tomando la palabra uno de ellos, por nombre Cleofás, le dijo: ¿Eres tú el único forastero en Jerusalén que no conoce los sucesos en ella ocurridos estos días? 19El les dijo: ¿Cuáles? Contestáronle: Lo de Jesús Nazareno, varón profeta, poderoso en obras y palabras ante Dios y ante todo el pueblo; 20Cómo le entregaron los príncipes de los sacerdotes y nuestros magistrados para que fuese condenado a muerte y crucificado. 21Nosotros esperábamos que sería El quien rescataría a Israel; mas, con todo, van ya tres días que esto ha sucedido. 22Nos asustaron ciertas mujeres de las nuestras que, yendo de madrugada al monumento, 23no encontraron su cuerpo, y vinieron diciendo que habían tenido una visión de ángeles que les dijeron que vivía. 24Algunos de los nuestros fueron al monumento y hallaron las cosas como las mujeres decían, pero a El no le vieron.

25Y El les dijo: ¡Oh hombres sin inteligencia y tardos de corazón para creer todo lo que vaticinaron los profetas! 26¿No era preciso que el Mesías padeciese esto y entrase en su gloria? 27Y Comenzando por Moisés y por todos los profetas, les fue declarando cuanto a El se refería en todas las Escrituras. 28Se acercaron a la aldea adonde iban, y El fingió seguir adelante. 29Obligáronle diciéndole: Quédate con nosotros, pues el día ya declina. Y entró para quedarse con ellos.

30Puesto con ellos a la mesa, tomó pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio. 31Se les abrieron los ojos y le reconocieron, y desapareció de su presencia. 32Se dijeron unos a otros: ¿No ardían nuestros corazones dentro de nosotros mientras en el camino nos hablaba y nos declaraba las Escrituras? 33En el mismo instante se levantaron, y volvieron a Jerusalén y encontraron reunidos a los once y a sus compañeros, 34que les dijeron: El Señor en verdad ha resucitado y se ha aparecido a Simón. 35Y ellos contaron lo que les había pasado en el camino y cómo le reconocieron en la fracción del pan.
Aparición a los once

(Mc 16,14; Jn 20,19-23)



36Mientras esto hablaban, se presentó en medio de ellos y les dijo: La paz sea con vosotros. 37Aterrados y llenos de miedo, creían ver un espíritu. 38El les dijo: ¿Por qué os turbáis y por qué suben a vuestro corazón esos pensamientos? 39Ved mis manos y mis pies, que yo soy. Palpadme y ved, que el espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo. 40Diciendo esto, les mostró las mano, y los pies. 41No creyendo aún ellos, en fuerza del gozo y de la admiración, les dijo: ¿Tenéis aquí algo que comer? 42Le dieron un trozo de pez asado, 43y tomándolo, comió delante de ellos.
Ultimas instrucciones

(Act 1,4-8)



44Les dijo: Esto es lo que yo os decía estando aún con vosotros, que era preciso que se cumpliera todo lo que está escrito en la Ley de Moisés y en los Profetas y en los Salmos de Mí. 45Entonces les abrió la inteligencia para que entendiesen las Escrituras, 46y les dijo: Que así estaba escrito, que el Mesías padeciese y al tercer día resucitase de entre los muertos, 47y que se predicase en su nombre la penitencia para la remisión de los pecados a todas las naciones, comenzando por Jerusalén. 48Vosotros daréis testimonio de esto. 49Pues yo os envío la promesa de mi Padre; pero habéis de permanecer en la ciudad hasta que seáis revestidos del poder de lo alto.
Ascensión

(Mc 16,19-20; Act 1,9-12)



50Los llevó hasta cerca de Betania, y levantando sus manos, les bendijo, 51y mientras los bendecía se alejaba de ellos y era llevado al Cielo. 52Ellos se postraron ante El y se volvieron a Jerusalén con grande gozo. 53Y estaban de continuo en el templo bendiciendo a Dios.
EVANGELIO DE SAN JUAN
Prólogo

1 1Al principio era el Verbo,

y el Verbo estaba en Dios,

y el Verbo era Dios.

2El estaba al principio en Dios.

3Todas las cosas fueron hechas por El,

y sin El no se hizo nada de cuanto ha sido hecho.



4En El estaba la vida,

y la vida era la luz de los hombres.



5La luz luce en las tinieblas,

pero las tinieblas no la abrazaron.



6Hubo un hombre

enviado de Dios,

de nombre Juan.

7Vino éste a dar testimonio de la luz,

para testificar de ella

y que todos creyeran por él.

8No era él la luz,

sino que vino a dar testimonio de la luz.



9Era la luz verdadera

que, viniendo a este mundo,

ilumina a todo hombre.

10Estaba en el mundo

y por El fue hecho el mundo,

pero el mundo no le conoció.

11Vino a los suyos,

pero los suyos no le recibieron.



12Mas a cuantos le recibieron

dioles poder de venir a ser hijos de Dios

a aquellos que creen en su nombre;

13que no de la sangre,

ni de la voluntad carnal,

ni de la voluntad de varón,

sino de Dios son nacidos.



14y el Verbo se hizo carne

y habitó entre nosotros,

y hemos visto su gloria,

gloria como de Unigénito del Padre,

lleno de gracia y de verdad.

15Juan da testimonio de El clamando:

Este es de quien os dije:

El que viene detrás de mí

ha pasado delante de mí,

porque era primero que yo.

16Pues de su plenitud recibimos todos

gracia sobre gracia.



17Porque la Ley fue dada por Moisés,

la gracia y la verdad vino por Jesucristo.



18A Dios nadie le vio jamás;

Dios Unigénito, que está en el seno del Padre,

ése nos le ha dado a conocer.
PRIMERA PARTE
Predicación De Jesucristo En Galilea Y En Judea

(1,19-12,50)


Primer testimonio de Juan

19Este es el testimonio de Juan cuando los judíos, desde Jerusalén, le enviaron sacerdotes y levitas para preguntarle: Tú, ¿quién eres? 20El confesó y no negó; confesó: No soy yo el Mesías. 21Le preguntaron: Entonces, ¿qué? ¿Eres Elías? El dijo: No soy. ¿Eres el Profeta? Y contestó: No. 22Dijéronle, pues: ¿Quién eres?, para que podamos dar respuesta a los que nos han enviado. ¿Qué dices de ti mismo? 23Dijo: Yo soy la voz del que clama en el desierto: «Enderezad el camino del Señor», según dijo el profeta Isaías. 24Los enviados eran fariseos, 25y le preguntaron, diciendo: Pues ¿por qué bautizas, si no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta? 26Juan les contestó, diciendo: Yo bautizo en agua, pero en medio de vosotros está uno a quien vosotros no conocéis, 27que viene en pos de mi, a quien no soy digno de desatar la correa de la sandalia. 28Esto sucedió en Betania, al otro lado del Jordán, donde Juan bautizaba.
Segundo testimonio de Juan

29Al día siguiente vió venir a Jesús y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. 30Este es aquel de quien yo dije: Detrás de mí viene uno que es antes de mí, porque era primero que yo. 31Yo no le conocía; mas para que El fuese manifestado a Israel he venido yo, y bautizo en agua. 32Y Juan dio testimonio, diciendo: Yo he visto al Espíritu descender del cielo como paloma y posarse sobre El. 33Yo no le conocía: pero el que me envió a bautizar en agua me dijo: Sobre quien vieres descender el Espíritu y posarse sobre El, ése es el que bautiza en el Espíritu Santo. 34Y yo vi y doy testimonio de que éste es el Hijo de Dios.
Primeros discípulos de Jesús

35Al día siguiente, otra vez hallándose Juan con dos de sus discípulo, 36fijó la vista en Jesús, que pasaba, y dijo: He aquí el Cordero de Dios. 37Los dos discípulos, que le oyeron, siguieron a Jesús. 38Volvióse Jesús a ellos, viendo que le seguían, y les dijo: ¿Qué buscáis? Dijéronle ellos: Rabbí, que quiere decir Maestro, ¿dónde moras? 39Les dijo: Venid y ved. Fueron, pues, y vieron dónde moraba, y permanecieron con El aquel día. Era como la hora décima. 40Era Andrés, el hermano de Simón Pedro, uno de los dos que oyeron a Juan y le siguieron. 41Encontró él luego a su hermano Simón y le dijo: Hemos hallado al Mesías, que quiere decir el Cristo. 42Le condujo a Jesús, que, fijando en él la vista, dijo: Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú serás llamado Cefas, que quiere decir Pedro.

43Al otro día, queriendo El salir hacia Galilea, encontró a Felipe, y le dijo Jesús: Sígueme. 44Era Felipe de Betsaida, la ciudad de Andrés y de Pedro. 45Encontró Felipe a Natanael y le dijo: Hemos hallado a aquel de quien escribió Moisés en la Ley y los profetas, a Jesús, hijo de José de Nazaret. 46Díjole Natanael: ¿De Nazaret puede salir algo bueno? Díjole Felipe: Ven y verás. 47Vio Jesús a Natanael, que venía hacia El, y dijo de él: He aquí un verdadero israelita, en quien no hay dolo. 48Díjole Natanael: ¿De dónde me conoces? Contestó Jesús y le dijo: Antes que Felipe te llamase, cuando estabas debajo de la higuera, te Vi. 49Natanael le contestó: Rabbí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel. 50Contestó Jesús y le dijo: ¿Porque te he dicho que te vi debajo de la higuera crees? Cosas mayores has de ver. 51Y añadió: En verdad, en verdad os digo que veréis abrirse el cielo y a los ángeles de Dios subiendo y bajando sobre el Hijo del hombre.
Primer milagro de Jesús

2 1Al tercer día hubo una boda en Caná de Galilea, y estaba allí la madre de Jesús. 2Fue invitado también Jesús con sus discípulos a la boda. 3No tenían vino, porque el vino de la boda se había acabado. En esto dijo la madre de Jesús a éste: No tienen Vino. 4Díjole Jesús: Mujer, ¿qué nos va a mí y a ti? No es aún llegada mi hora. 5Dijo la madre a los servidores: Haced lo que El os diga. 6Había allí seis tinajas de piedra para las purificaciones de los judíos, en cada una de las cuales cabían dos o tres metretas. 7Díjoles Jesús: Llenad las tinajas de agua. Las llenaron hasta el borde, 8y El les dijo: Sacad ahora y llevadlo al maestresala. Se lo llevaron, 9y luego que el maestresala probó el agua convertida en vino él no sabía de dónde venía, pero lo sabían los servidores, que habían sacado el agua , llamó al novio 10y le dijo: Todos sirven primero el vino bueno, y cuando están ya bebidos, el peor; pero tú has guardado hasta ahora el vino mejor. 11Este fue el primer milagro que hizo Jesús, en Caná de Galilea, y manifestó su gloria y creyeron en El sus discípulos.
Residencia en Cafarnaúm

12Después de esto bajó a Cafarnaúm El con su madre, sus hermanos y sus discípulos, y permanecieron allí algunos días.
Expulsión de los vendedores del templo

13Estaba próxima la Pascua de los judíos, y subió Jesús a Jerusalén. 14Encontró en el templo a los vendedores de bueyes, de ovejas y de palomas, y a los cambistas sentados; 15y haciendo de cuerdas un azote, los arrojó a todos del templo, con las ovejas y los bueyes; derramó el dinero de los cambistas y derribó las mesas; 16y a los que vendían palomas les dijo: Quitad de aquí todo eso y no hagáis de la casa de mi Padre casa de contratación. 17Se acordaron sus discípulos que está escrito: «El celo de tu casa me consume». 18Los judíos tomaron la palabra y le dijeron: ¿Qué señal das para obrar así?

19Respondió Jesús y dijo: Destruid este templo y en tres días lo levantaré. 20Replicaron los judíos: Cuarenta y seis años se han empleado en edificar este templo, ¿y tú vas a levantarlo en tres días? 21Pero El hablaba del templo de su cuerpo. 22Cuando resucitó de entre los muertos, se acordaron sus discípulos de que había dicho esto, y creyeron en la Escritura y en la palabra que Jesús había dicho.
Primeros frutos del ministerio de Jesús

23Al tiempo en que estuvo en Jerusalén por la fiesta de la Pascua creyeron muchos en su nombre viendo los milagros que hacía, 24pero Jesús no se confiaba a ellos, porque los conocía a todos, 25y no tenía necesidad de que nadie diese testimonio del hombre, pues El conocía lo que en el hombre había.
Visita de Nicodemo

3 1Había un fariseo de nombre Nicodemo, principal entre los judíos, 2que vino de noche a Jesús y le dijo: Rabbi, sabemos que has venido como maestro de parte de Dios, pues nadie puede hacer esos milagros que tú haces si Dios no está con él. 3Respondió Jesús y le dijo: En verdad te digo que quien no naciere de arriba no podrá entrar en el reino de Dios. 4Díjole Nicodemo: ¿Cómo puede el hombre nacer siendo viejo? ¿Acaso puede entrar de nuevo en el seno de su madre y volver a nacer? 5Respondió Jesús: En verdad, en verdad te digo que quien no naciere del agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de los cielos. 6Lo que nace de la carne, carne es; pero lo que nace del Espíritu, es espíritu. 7No te maravilles de que te he dicho: Es preciso nacer de arriba. 8El viento sopla donde quiere, y oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni adónde va; así es todo nacido del Espíritu.

9Respondió Nicodemo y dijo: ¿Cómo puede ser eso? 10Jesús respondió y dijo: ¿Eres maestro en Israel y no sabes esto? 11En verdad, en verdad te digo que nosotros hablamos de lo que sabemos y de lo que hemos visto damos testimonio, pero vosotros no recibís nuestro testimonio 12Si hablándoos de cosas terrenas no creéis, ¿cómo creeríais si os hablase de cosas celestiales? 13Nadie sube al cielo sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre, que está en el cielo. 14A la manera que Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es preciso que sea levantado el Hijo del hombre, 15para que todo el que creyere en El tenga la vida eterna. 16Porque tanto amó Dios al mundo, que le dio su unigénito Hijo, para que todo el que crea en El no perezca, sino que tenga la vida eterna; 17pues Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para que juzgue al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El. 18El que cree en El no es juzgado; el que no cree, ya está juzgad porque no creyó en el nombre del unigénito Hijo de Dios. 19Y el juicio consiste en que vino la luz al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. 20Porque todo el que obra mal, aborrece la luz, y no viene a la luz por que sus obras no sean reprendidas. 21Pero el que obra la verdad viene a la luz para que sus obras sean manifiestas, pues están hechas en Dios.
Tercer testimonio de Juan

22Después de esto vino Jesús con sus discípulos a la tierra de Judea, y permaneció allí con ellos y bautizaba. 23Juan bautizaba también en Ainón, cerca de Salim, donde había mucha agua, y venían a bautizarse, 24pues Juan aún no había sido metido en la cárcel. 25Se suscitó una discusión entre los discípulos de Juan y cierto judío acerca de la purificación, 26y vinieron a Juan y le dijeron: Rabbí, aquel que estaba contigo al otro lado del Jordán, de quien tú diste testimonio, está ahora bautizando, y todos se van a El. 27Juan les respondió, diciendo: No debe el hombre tomarse nada si no le fuere dado del cielo. 28Vosotros mismos sois testigos de que dije: Yo no soy el Mesías, sino que he sido enviado ante El. 29El que tiene esposa es el esposo; el amigo del esposo, que le acompaña y le oye, se alegra grandemente de oír la voz del esposo. Pues así este mi gozo es cumplido. 30Preciso es que El crezca y yo mengüe. 31El que viene de arriba está sobre todos. El que procede de la tierra es terreno y habla de la tierra; el qué viene del cielo, 32da testimonio de lo que ha visto y oído, pero su testimonio nadie lo recibe. 33Quien recibe su testimonio pone su sello atestiguando que Dios es veraz. 34Porque aquel a quien Dios ha enviado habla palabras de Dios, pues Dios no le dio el espíritu con medida. 35El Padre ama al Hijo y ha puesto en su mano todas las cosas. 36El que cree en el Hijo tiene la vida eterna; el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que está sobre él la cólera de Dios.
Partida de Jesús para Galilea

(Mt 4,12; Mc 1,14; Lc 4,14)


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