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N de la cultura del agua en costa rica: pueblo bribri


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DESCRIPCIÓN DE LA CULTURA DEL AGUA EN COSTA RICA:

PUEBLO BRIBRI
Felipe Montoya-Greenheck, Uri Salas y Kenneth Carvajal

INFORMACIÓN PRINCIPAL


COSMOVISIÓN:
Mitos y leyendas u otros relatos:

Cuando Dios Sibö luchó contra sus tíos Sórkula, llevaba miel, un cuerno, un caracol, su bastón, un escudo, un penacho de plumas y una falda de mastate. Cuando soplaba el caracol y el cuerno, cuando pronunciaba algunas palabras, se podía convertir en viento, sonaba como viento y escapaba invisible de sus enemigos sin dejar rastro. Los Sórkula obtuvieron un caracol y acordaron soplarlo como señal de que Sibö había caído en una emboscada en el camino, para asesinarlo; la voz del caracol llamaría a la celebración en la cual se habría de devorar el cuerpo de Sibö; pero fue Dios Sibö quien en varias ocasiones desapareció a su paso por el camino; logró matar a su oponente y sopló en el caracol; cuando sus enemigos llegaron, encontraron el cuerpo de Sórkula descuartizado (Bozzoli 1982: 71).


Cuando Sibö era joven pensó como hacer nacer la semilla de la raza indígena; el fue a preguntar a cuatro mujeres: a pataste, a cacao de mico, a papallita de mono, y a cacao (todas son nombres de plantas). El se disfrazó de un hombre sucio y hediondo, todas lo despreciaron menos la menor, cacao (Tsiru`) que sí lo quiso. Sibö la invitó a bañarse con él. Las mayores los miraban disgustadas de que un hombre tan feo se hubiera casado con la más bonita y se fuera a bañar con ella. Las otras van a espiar a la pareja al río y descubren que Sibö estaba disfrazado y tenía en realidad una figura bella y varonil. Ellas se vengan insultándolo nuevamente cuando regresan del río (pues venía Sibö nuevamente disfrazado de sucio y hediondo). El como revancha les hace caer desde las hamacas al suelo por un ataque de risa que él mismo les provoca, se golpean tan fuerte que les sacó pedos y mierda y las dejó muy hediondas a las tres; maldice finalmente la descendencia de estas y bendice la de cacao: "tú seguirás viviendo, tendrás descendientes, nunca serás hedionda, tus flores serán bellas, todos los seres humanos te necesitarán para beber y comer (En Bozzoli: 19??: 30-32).
Relato de Mujer Mar: Sibö envió a Dayé, una mujer muy hermosa, para que le hiciera una consulta a Tala, un poderoso awá (chamán); y le mandó a Tala su bastón, como obsequio; Dayé quedó embarazada y Tala accedió a visitar a Sibó, pero no aceptó el bastón y le indicó a Dayé que lo mantuviera siempre cerca de ella. Ella quiso probar qué pasaba si lo dejaba sólo y cuando volvió a buscarlo una culebra la mordió, muriendo así. Ya acomodada dentro del bulto funerario, empezó a hincharse. Sibö puso una rana encima para que el paquete no se abombara, pero la rana brincó para atrapar un insecto y Dayé reventó, convirtiéndose en árbol, su cabello se hizo hojas y las aves hicieron allí sus nidos. El árbol creció y traspasó la bóveda celeste; Okama, una persona con herramientas y los malévolos kambra, fabricantes de instrumentos de piedra, dueños de las wacas, ayudaron a cortar el árbol cuando Sibó les dijo: "Escucha el sonido de aquel árbol, pronto va a romper el aire". Sibö esperaba que al caer el árbol los matara. El venado hizo un trillo para que el árbol pudiera caer; el martín pescador y el cormorán cogieron un extremo del árbol e hicieron un gran círculo en el aire, hasta que se encontraron y el árbol cayó, disolviéndose en agua salada, mar; por eso el sonido del mar se parece al de las hojas de los árboles; y los nidos de lora y lapa se convirtieron en tortugas; las hojas se convirtieron en cangrejos, y las aves en peces (Stone 1961: 119, 125).
Relato de el Pescador: mucho tiempo atrás existió un indígena al que le gustaba mucho la pesca en los ríos. Un día como siempre lo hacía, tomó su arco y su flecha y se encaminó al Río Lari. Ese día no tuvo suerte, porque sólo pudo pescar unos pescaditos pequeños. De pronto apareció un hombre de gran estatura, que surgió de las aguas del río y le dijo: -¿Estás pescando? ¿Sólo esos conseguiste? Echalos al río, ¿no ves que son muy pequeños? Yo te daré otros más grandes-. El indígena pensó que ese personaje no podía ser humano; podría ser Duarö, el dueño de los animales. Entre tanto, el misterioso ser desapareció. Segundos después regresó con algunos pescados grandes y le dijo al indígena: -Tómalos, yo te los regalo, pero vete a casa-." (Palmer et al: 1992: 58).
Hay ocho almas en el cuerpo humano, según uno de los últimos sabios ancianos bribris.

Dos habitan el ojo derecho: omala cha weksula cha y dëmala shëksula cha.

Dos habitan el ojo izquierdo: dika wika cha tloksula cha y sibörago saëksula cha.

Una habita cerca del lado derecho del estómago: tömala cha röksula cha.

Una habita el estómago: yalaia cha bataksula cha.

Una habita el esófago: waglira cha noksula cha.

Una habita el corazón: chkalia cha noksula cha.

Una de las almas del ojo izquierdo y el alma del corazón se quedan en el cuerpo después de la muerte con el cadáver durante la descomposición y posteriormente en los huesos. Por medio de los ritos fúnebres (sular) y especialmente por uno de los cantos en los cuales se relatan los hechos de la vida de la persona, estas almas abandonan el cuerpo.

Omala cha weksula cha puede salir del cuerpo, momento en el cual produce los sueños de la persona.

Dika wika cha tloksula cha se considera moralmente buena; dëmala shëksula cha se considera moralmente mala.



Otras versiones indican la existencia de una, dos o tres almas. En todo caso, prevalece la noción de que una(s) residen en el ojo derecho y otra(s) en el izquierdo; y que una(s) emigran con la muerte y otra(s) quedan con los huesos (Cervantes: 1993: 215).
Origen del Clan Cberiwak (Serpiente): antiguamente hubo una pareja indígena de los cuales no se sabe a cuál clan pertenecían, vivían en un lugar llamado Kámuk; esta pareja tuvo una hija que tiempo después se casó. Los recién casados construyeron su rancho a la orilla de una laguna; allí vivieron durante varios años. Cuando el varón iba de cacería o al trabajo, al llegar a la casa su esposa siempre le servía pescado, yuca, carne, lo cual le parecía extraño porque cuando él salía de la casa esos alimentos no estaban; además no tenía vecinos. Este hecho se siguió suscitando por cierto tiempo, hasta que un día al varón se le ocurrió esconderse cerca de la casa para enterarse sobre lo que estaba sucediendo. Cuando él estuvo por un lapso de media hora, vio que el agua de la laguna empezó a moverse y a levantarse a una altura aproximadamente de dos metros, de ahí salió un hombre muy alto y fuerte que se dirigió al rancho; allí demoró unas cuantas horas hasta que salió; de nuevo se dirigió a la laguna, al estar en su orilla, se convirtió en una enorme serpiente. Una vez observado esto, el varón regresó a su rancho; entró sin decir nada a su mujer, únicamente decidió apartarse de ella. Al ver que su marido se había marchado, la mujer regresó a la casa de sus padres, quienes posteriormente se enteraron del embarazo de su hija; para este fin su papá le construyó un rancho especial para que ella diera luz allí; la madre la asistió, dando a luz gemelos, un niño y una niña. El abuelo les cortó el cordón umbilical con una especie de cuchillo de madera...sacado de un árbol llamado sbitak. Los niños se desarrollaron y crecieron rápidamente; cada quince días se les notaba más grandes. Cuando ellos tenían la estatura de un niño de seis años, le pidieron al abuelo que les fabricara unos arcos y unas cerbatanas para cazar, ya que se podían movilizar libremente, todo lo entendían y lo hablaban. Ambos siempre salían juntos a cazar y lograban traer diferentes especies de pájaros. La abuela se sorprendía mucho de esto...tanta era la preocupación, que la abuelita insistió en acompañarlos...partieron a la mañana con todos los instrumentos, al llegar al lugar donde siempre los niños cazaban y en dónde se encontraba un árbol con muchas frutillas que servían de alimento a los pájaros, la abuela se sentó bajo el árbol sobre una piedra, mientras que los niños subieron a las ramas del árbol. Momentos depués la abuela observó cómo los niños se convirtieron en enormes serpientes y que en cierto momento sus ombligos llegaron a unirse, de esta manera ambas serpientes cazaban los pájaros. La pobre abuela asustada guardó el secreto de lo que había visto, hasta que sus nietos estuvieron más desarrollados divulgó el secreto a su esposo. Sibö preparó un puente de piedra que cruzaba un río muy grande en un lugar llamado Namasol, dónde fueron ubicadas las personas escogidas por él para eliminar a estos dos seres extraños que harían mucho daño a la humanidad. En una ocasión estos seres decidieron ir a pescar a dicho río, no sabiendo que en el puente los estaban esperando sus enemigos. Cuando llegaron al río se sumergieron y se convirtieron en serpientes, unidos siempre por el ombligo. Al llegar al puente, el agua empezó a moverse y en cierto momento se levantaba y de esta manera las personas que siempre estaban listas para atacar, lograron localizarlos, de inmediato atacaron a sus víctimas. A partir de este momento se separaron uno del otro, el macho tomó hacia el Este y la hembra al Oeste. Según los indígenas es debido a esto que cuando se oye un ruido leve al Este significa que es el varón quien avisa que habrá creciente, inundación o bien que en el río transitan animales peligrosos. Cuando el ruido es del Oeste, es la hembra que avisa la llegada de una enfermedad extraña. La madre y sus padres se fueron a vivir a un lugar llamado Cloa; a consecuencia de lo sucedido anteriormente se les dio el nombre de Cberiwak a todos sus descendientes...El puente donde se separaron las serpientes todavía existe, pero no igual o sea, con diferentes características, pero se toma un significado de la veracidad de la leyenda. También la piedra donde se sentó la abuela a esperar a los niños es común y corriente, pero se diferencia en que sobre ella hay una especie de huellas de posaderas (Morales en III-MINAE: 1989: 2-4).
Historia de la Danta: Sibö trata de convencerla de que se case con sus cuñados, llevándola a la casa de estos. Ella vive en una casa grande que era una laguna como la mitad del mar, ahí ella tenía su hamaca. La Danta le pide a Sibö tiempo para pensarlo, pero este regresa luego y le dice que los arreglos del matrimonio ya están hechos; la Danta responde que ella no desea abandonar el lugar donde vive; Sibö siempre se la lleva y esta tiene que abandonar su casa, la Danta promete vengarse. Al llegar al lugar cerca de la residencia de los cuñados, Sibö le da a la Danta una finca para que viva y trabaje; antes del matrimonio se desarrollan varios bailes, en rueda, comidas y bebidas de chicha y chocolate; en ese momento la Danta reta a Sibö al tomar chocolate del mismo huacal que el tomaba y amenaza con vengarse si él la casa a la fuerza; que los gastos en los que el había incurrido en vestidos y alhajas los había perdido puesto que ella como hermana de dios era también un dios y no se casaba; la Danta en su lugar mandó a su hermana a casarse con los cuñados; esta hermana es el conejillo cimarrón (Bozzoli: 1976).
Origen de Dínamâ: varios hermanos tenían una sola hermana, que cocinaba pescado siempre; ella les dijo que era el cuñado quien traía los peces. Uno de los hermanos, queriendo conocer al cuñado, esperó al anochecer y vio un gran jaguar entrar al lugar de su hermana; le tiró una flecha y lo hirió; el jaguar saltó a una laguna y la mujer se fue tras él; el muchacho siguió a su hermana y encontró que en vez de laguna había un camino que llegaba hasta el mar y allí, al final del camino estaba la casa de Dínamâ, quien le regaló al muchacho una lora para que cocinara e hiciera oficios domésticos, quedándose él con la mujer (Stone: 1961: 129).
Muerte de Di`namu. Esta bestia vivía cerca de la desembocadura del río Dapali, un afluente del Lari, cerca de un lugar conocido como Kacha`bli. En ese entonces la gente vivía por ambos lados del río, razón por la cual utilizaban un puente de hamaca para desplazarse de un lado al otro. Y aquella bestia se ocultaba cerca de este puente, como a 300m, sobre el curso superior, en una poza, y cuando veía a alguna víctima cruzando el puente hacía aumentar el caudal del río, hasta alcanzar a cubrir la altura de aquel puente y de esta manera atrapaba a las personas. Y de esta manera se le veía colgado de aquel puente asido fuertemente de sus víctimas, con sus dos rabos semejantes al de un mono. Era semejante a un felino de gran tamaño, de color gris o café oscuro, aunque se cree que podía cambiar su color de acuerdo al color del agua. Sus ojos eran de color de fuego, rojo vivo, y sus colmillos sobresalían a ambos lados del hocico dándole un aspecto diabólico y feroz. Después de permanecer algunos instantes colgado al puente, quizás para matar a su víctima, descendía nuevamente al río llevándose a su presa y luego desaparecía entre la corriente y lo profundo de las pozas. Allí devoraba a su víctima cortándole las rodillas y a veces le cortaba también la frente, con sus enormes colmillos. Luego le chupaba toda la sangre, el cual era el preciado tsiru` (cacao) del cual se alimentaba. Después de varios días de desaparición o de tener oculto el cadáver bajo alguna cueva, el cuerpo aparecía en alguna poza flotando o bien en alguna playa a la orilla del río, en estado de descomposición y a veces hasta se lo devoraban los zopilotes. Muy a menudo sucedía esto y la gente estaba alarmada. Los sukias habían pronosticado, con sus piedritas de adivinar, que si alguien lo mataba también moriría de una fiebre mortal que causaba esta bestia. Esta razón era por la cual nadie quería ofrecerse tan fácilmente para realizar la peligrosa tarea; sin embargo siempre aparecieron dos valientes voluntarios para cumplir con este sacrificio. Alistaron sus arcos y flecha y se dirigieron hacia el sitio donde se hallaba el puente. Cuando llegaron a la orilla del río uno de ellos preparó rápidamente sus flechas mientras el otro corrió hacia la mitad del puente y allí esperó valientemente el ataque de aquella bestia. Enseguida apareció aquel diabólico animal pero aquel hombre se había sujetado fuertemente de los bejucos del puente de hamaca, para que su compañero tuviera tiempo de disparar con sus flechas. Actuó con precisión y logró pegarle dos certeros flechazos; herido mortalmente el animal logró siempre arrancar a su víctima y finalmente cayó al río, perdiéndose en las turbulentas aguas del Lari. El arquero regresó a su casa y contó cuanto había sucedido; por la noche sintió la fiebre más terrible que hubiera sentido persona alguna; su cuerpo adquirió un color como si fuera la fruta del chile colorado y dicen que no se le podían arrimar mucho porque su calor quemaba como el fuego y cada vez empeoraba. Así siguió hasta morir. Ni los mismos sukias pudieron hacer nada por este hombre, pero también habían pronosticado que si moría la persona, significaba que la bestia también había muerto. Por esta razón, después de recuperar el cadáver de la otra víctima y darles sepultura a ambos, decidieron ir a buscar el cadáver del di`namu por ambas orillas del río. Varias horas después de buscar el cuerpo, lo localizaron entre un cañablancal, como a 50 m de la orilla del río. Cuentan que no se le podían arrimar demasiado ya que su cuerpo irradiaba un intenso calor; inclusive el monte aparecía quemado por toda la redonda de su cuerpo. Las aves de rapiña no se le podían acercar ni mucho menos devorarlo. Cuentan que allí mismo lo dejaron a que se pudriera junto con la vegetación que había alcanzado a afectar con su radiación calórica. Mucho tiempo después regresaron y encontraron únicamente el esqueleto de aquella bestia. Como los huesos ya no tenían aquel intenso calor, optaron por arrancarle sus colmillos, los cuales fueron obsequiados a los caciques de ese tiempo. Para poderlos usar se ponían una especie de pectoral de cuero para que el calor de aquellos colmillos no los quemara (Francisco Pereira en III-MINAE: 1989: 17-20).
Los Kádwewak: eran una raza fuerte, de gente muy grande, que vivían en Baja Talamanca, junto a los lodazales, lagunas o pantanos; eran señores de las enfermedades, del vómito de sangre, la asfixia, el paludismo, el dolor de cintura…Oprimían a los bribris, la semilla legítima; a pesar de la abundancia de pesca no los dejaban ir a los ríos; si los bribris tomaban alguna planta, para extraer la corteza o bejucos, los obligaban a arrancar toda la planta de raíz, destruyéndola; si cazaban algo, peces o venado, les hacían comer al animal con todo y tripas, excremento, piel, escamas. Un día vino un usèkoL de Alta Talamanca a pescar y durante la noche, mientras dormía, los kádwewak lo mataron, ahorcándolo con su propia hamaca; el usekaL de Kaspaspa enfurecido advirtió a los bribris que debían abandonar Baja Talamanca; luego de que ellos se pusieron a salvo, envió una gran lluvia e inundaciones que cubrieron las colinas. Los Kadwe que no murieron fueron enviados lejos al mar (Bozzoli: 1982: 98, 99).
Deidades y personajes míticos relacionados con el agua:

Sibö: demiurgo, creador del Universo y de las tribus de Talamanca; no tiene padre aunque sí madre; nació junto a un arroyo (Stone: 1961: 117).


SuLà: ser que fabrica las almas humanas de acuerdo a los designios de Sibö; hace muñecos de barro y los sumerge en agua; tiene cuatro personalidades: dos masculinos y dos femeninas; dependiendo de cuál lo hace a uno así se muere de niño, joven, adulto o anciana (Cervantes: 1993: 216, 217). Es enviado por Sibö a la tierra para rescatar la semilla humana que había sido robada; nace en forma de niño a la orilla de un río (Rodríguez García: 2002). Otra versión indica que cuando vino a la tierra era una niña, pudiendo interpretarse como la hermana, esposa o faceta femenina de Sibö (Bozzoli: 1982)
Itsö, Itsa (ver cabécar Mikö): Abuela materna de Serike; ayudó en el secuestro, asesinato y descuartizamiento de su propia hija, bebiendo luego de sus sesos previamente disueltos en el mismo cráneo (Stone: 1961: 130-132). Son muchas entidades que viven principalmente en los arroyos; en las tardes y en las madrugadas gritan, porque quieren llevarse a los niños; vienen en busca de niños para devorarlos; aparenta ser una anciana, muy pequeña (Cervantes: 1993: 88).
Mlurtmi (llamada también Namaítmi y Dayé = Sal, Mar): mujer a la que Sibö transformó en Mar; una culebra la mordió causándole la muerte; al morir nació de su vientre un gran árbol que al ser cortado, provocó con sus troncos el mar y con sus hojas animales marinos (Stone 1993).
Tsirule, Díkun, Dínamâ = Tigre (Jaguar) de agua; son muchos jaguares que viven en el fondo del mar (Stone 1961: 130, 135). Recorre las márgenes de los ríos, ataca y da muerte al caminante; bebe su sangre (Margery 1986: 171). Actúa en pozas profundas y cataratas o cuando los ríos están crecidos: busca a los humanos en las orillas de los ríos, los lleva hasta el fondo y les chupa la sangre, que se les asemeja al chocolate (Stone: 1961: 133). Los bribris a veces lo han matado con arco y flecha; cambia de color según el color del agua; tiene los colmillos grandes, calientes y color de fuego; se alimenta de la sangre de las personas, que saca por la frente y rodillas; existen dos tipos: uno tiene rabo como el de mono para agarrar a una persona cuando está cruzando el río, especialmente el río crecido; otro más grande tiene dos colas y se lleva dos personas a la vez (Bozzoli 1968: 22, 23). Otra versión de Dínamû lo describe como un animal parecido a un perro peludo negruzco, con ojos de colores rojo, amarillo, azul o lila; y con grandes garras para aruñar (Bozzoli: 1982: 7).
Sérike: Hijo de Trueno; 5-8 hermanos en uno, que vive donde se pone el sol; Serike es todos y es el menor de ellos a la vez (Stone: 1961: 130). Dueño de los animales; vive en el Mar; tiene un peón que se llama Duarö –DuaLök- (Palmer et al: 1992: 55). Lucha contra Dínama, Jáknama e Itsö, acompañándose por la centella, el viento y la lluvia (Stone: 1961: 130-132).
Dua Lök es el rey de los animales y quien castiga a los que maltratan a los peces (Borge y Castillo 1997).
Ulëkëkë: dueño de los peces; vive abajo donde se pone el sol; llama a los peces ali (yuca); puso culebras para que cuiden en todos los ríos y arroyos; cuando llega una persona a pescar están las serpientes cuidando e intentan matar al “ratón” que se come las “yucas”.
Alar = Seres pequeños, duendes de diferentes variedades, con defectos físicos congénitos; llamados sanure y también kalí shö = los que dicen la lluvia; estos anuncian con cantos lejanos e ininteligibles, cuando la lluvia se acerca ( Margery: 1986: 167).
Kö: otro tipo de pequeño-deforme (alar); viven en colectivo, en pozas y lagunas; tienen dos bocas, la segunda de ellas en la nuca; asustan a los humanos imitando el ruido de distintos animales (Margery: 1986: 166-68, 183).
Orusula: cerdo enorme y maligno, al cual Sibö cortó la cabeza guardando su sangre para enseñar a los hombres; vive en el lodo de los pantanos y lagunas y su espuma hace que la gente adquiera un sarpullido que produce la muerte (Stone: 1961: 114). Algunos dicen haber visto junto a ciertas lagunas, animales como un cerdo grande, color negro y sin cabeza, que persigue a la gente por larga distancia; produce mucha cantidad de espuma, la cual si cae en alguna parte de la persona le causa la muerte; el animal se llama Kus (Bozzoli: 1968: 25, 26).
Chìchi Këkol = Origen del Perro: gran perro que ayuda a las buenas almas a llegar a su destino final luego de la muerte; pero no ayuda a las malvadas (Cervantes: 1993: 220). En otras versiones, de su nariz nace una gota de agua que alivia la sed del alma justa (Palmer et al: 1992: 64).
Ceremonias, ritos, fiestas y danzas:

Cuando uno va a ver el mar por primera vez debe recordar que es un ser vivo: es Mlurtmi...La persona tiene que ir acompañada de una persona que ya lo haya visto. También debe taparse la cabeza con un pañuelo o una hoja y cerrar los ojos. Primero, la persona que lo lleva a uno al mar busca un huacal o una hoja y saca un poquito del agua del mar y le moja a uno la cabeza. Luego toma unas plumas de periquitos, gavilanes y otras aves, las mete en el agua y rocía la cabeza de la persona. Después de eso, la persona puede abrir los ojos y ver el mar...Otras personas hacen diferentes ceremonias, son varias...No sólo los awapa (chamanes) hacen estas ceremonias, sino cualquier indígena que ya haya visto el mar muchas veces...(Palmer: 1992: 68,69).


Cuando uno busca estas conchas a veces es difícil encontrarlas, o las encuentra, pero están quebradas. El secreto de nosotros es que las personas que nunca han visto el mar nos pueden ayudar. Llevamos a la playa a estas personas, con los ojos cerrados. De espaldas al mar, lanzan maíz blanco al agua y después vuelven a la casa. Al día siguiente, uno va al mismo lugar y encuentra muchas conchas bonitas, blanquitas, sin quebrar (Palmer et al 1992: 69).
En los ayunos solamente se pueden consumir plátanos cocidos molidos con agua, sin ponerles sal, tomándose una especie de atole. Al final del segundo día de ayuno, los ayunantes van a sus casas, al tercer día descansan, el cuarto y quinto día continua el ayuno y al sexto día quedan libres y van al río a bañarse; después se adornan el resto del día con gran alegría. Todo el ritual, es señalado por el cokti y están los ayunantes en una casa cubierta con hojas de platanillo; no se pueden sentar en sus banquillos, ni en sus hamacas o barbacoas (Blessing 1921).

El ayuno es conocido como el confinamiento ritual btsök; algunas reglas de este ritual son evitar hablar de cacao, del sol, lo caliente y sabores de condimentos; el maíz que se permite ingerir es el blanco de cepa indígena, debe ser indígena (Bozzoli 19??: 5).


La actividad conocida como "comer el agua" o "amarrar el río", es decir pescar con veneno de jabillo (Hura sp); estaba rodeada de ceremonias (ayuno, abstinencia, capitanes especializados en su organización, etiqueta para participar del festín del pescado, etc.) (Bozzoli 1979: 96).
La repartición ceremonial de chocolate intercambiándolo de mano en mano no solo se realiza en los funerales, sino también en los banquetes de la iniciación de los chamanes, en otras iniciaciones y en la pesca comunal (Bozzoli 19??: 7).

Las mujeres de parto al igual que los enterradores, duermen en el suelo sobre hojas; ellas y los dolientes comen por el fallecimiento en recipientes de hojas; se bañan en agua fría y caliente para librarse de su contaminación ritual (Bozzoli 19??: 5).


Para que los niños sean hacendosos, en una palangana u olla grande ponen agua fría y los implementos de trabajo, después de unas horas, cuanto cantan los gallos, llevan este caldo de herramientas a la choza y con una taza hechas de hojas vierten el agua en la cara del niño. Esto lo hará hacendoso, y resistente al espíritu de bkLu'. Para reforzar la diligencia del niño, si es varón también bañan al papá, y si es niña bañan a la madre (Bozzoli 1979: 105).

De algunos niños se dicen que ya venían asustados. Para esta enfermedad innata de bkLu', el awá hace una cura en el cual utiliza unas flores y el agua del tum (Bozzoli 1979: 105).

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