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Las luchas campesinas


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CAPITULO 4
Lecciones aprendidas de la experiencia del área rural del CIPAE.

4.1.-Alcance de las lecciones destiladas.


En este capítulo puede ser útil puntualizar las principales lecciones que nos dejan las experiencias discutidas en este trabajo y ellas inevitablemente apuntan por una parte a conflictos agrarios sobre la tierra, incluyendo los originados en la apropiación y uso de los recursos naturales, y por otra a la propuesta agroecológica del programa rural del CIPAE.

4.2.-Lecciones aprendidas para el manejo y resolución de conflictos agrarios.


Los conflictos estudiados nos dejan lecciones importantes, que debemos valorar en sus justos términos dado que el desarrollo alternativo de conflictos socioambientales es poco estudiado en el ámbito académico. Solo una visión prejuiciada muestra a los grandes propietarios como empresarios que aplican medios de producción --entre ellos la tierra-- para la producción agropecuaria. En tres casos estudiados el origen de las tierras tuvo irregularidades, tal como la que se comprobó al detectar un enorme excedente, el desalojo irregular de ocupantes de lotes de una colonia privada, y el origen posiblemente nulo del título de Joäo Muxfeld. En dos casos las tierras finalmente reservadas para los propietarios son dadas en arriendo y no explotadas por sus dueños.

En el caso de Capi'ibary el rol del villano tampoco correspondió a los campesinos, quienes fueron finalmente los que denunciaron el rollotráfico de funcionarios ligados al entonces Viceministerio de recursos naturales.

Los casos nos muestran que los conflictos no son negativos en sí mismos, ya que permiten la solución de un problema latente o ya manifiesto. La parte cuestionable de los conflictos es la forma como se resuelven, si la misma implica la retirada o extinción de grupos campesinos que buscan el acceso a la tierra para mitigar situaciones de pobreza extrema, o la escalada de la violencia sin solución alguna. En los casos observados sin esos conflictos la situación agraria hubiera estado peor, en la medida que los pequeños cambios se dieron con esas movilizaciones, que también permitieron revalorizar la identidad campesina y fortalecer la cohesión grupal y desde luego dar forma a la participación de los campesinos en las políticas agrarias.

En la acción del CIPAE los sujetos fueron grupos y comunidades campesinas --algunas ya movilizadas previamente-- y en talleres de construcción de capacidades buscó el desarrollo de competencias para diagnosticar los conflictos, diseñar y aplicar estrategias para resolverlos. Desde el punto de vista socioambiental, en los talleres se buscó identificar los actores involucrados en la apropiación, uso y manejo de los recursos naturales y sus intereses y posiciones. Esto es fundamental en momentos en que las comunidades rurales sufren agresiones al medio ambiente que afectan su salud, tales como las causadas por fumigaciones aéreas con herbicidas altamente tóxicos.

La génesis del conflicto se da cuando grupos campesinos toman conciencia de la necesidad de actuar para apropiarse y usar una fracción de tierra controlada por otro; en esta fase el grupo se transforma en actor con capacidad de formular sus demandas y movilizarse en su prosecución. En esta fase es importante el apoyo de grupos externos, tales como el CIPAE; este apoyo es crucial en la fase de maduración del conflicto en la medida que se perfilan mejor las posiciones de intereses y el diseño de estrategias.

La intervención de grupos que facilitan la solución de conflictos es crucial y lo primero que deben hacer los agentes externos es conocer el conflicto y analizarlo, de modo a transformarlo conforme a los intereses y necesidades de las comunidades campesinas.

Para el análisis del conflicto es indispensable un mínimo de informaciones sobre el problema mismo y de conocimiento sobre el contexto socioeconómico y político, las relaciones de poder entre las partes involucradas, sus posiciones e intereses, y ya en los talleres que fijan la estrategia de resolución de conflictos y evalúan periódicamente sus avances se necesita incorporar a la discusión aspectos relativos a la maduración del conflicto, eventualmente su escalada y su transformación final124.

Los casos analizados confirman que a mayor asimetría o desigualdad en las relaciones de poder --capacidad de determinar el comportamiento de otros-- mayores son las dificultades para resolver el conflicto y la necesidad de potenciar a los más vulnerables en las referidas relaciones de poder.

En el análisis de las posiciones e intereses de los actores dominantes debe incluirse también a los aliados de aquellos con sus diversas y cambiantes tendencias; esta visualización permitirá a los grupos campesinos buscar alianzas para neutralizar a los intransigentes (Ortiz, 1998).

La obtención de informaciones en el terreno puede ser tan exhaustiva como sea posible para evitar que pasen inadvertidos conflictos intracomunitarios entre diferentes grupos que pretenden una misma fracción; en estos casos --de conflictos intracomunitarios-- el grupo externo facilitador no solo debe proporcionar información a los principales contendientes, campesinos y propietarios, sino fundamentalmente a los grupos campesinos involucrados, de tal modo que se perciban como compañeros de causa que comparten un mismo destino.

En relación a este flujo de información debe apuntarse que, para remover incompatibilidades y sean atendidas las demandas de los campesinos, es importante que los propietarios cambien la percepción que tienen de sus antagonistas como extremadamente vulnerables y carentes de derechos y esto supone empoderarlos, como efectivamente se ha hecho en todos los casos estudiados; el fortalecimiento de la organización fue en todos los casos el primer paso. El establecimiento de alianzas (con la CNT, FEUP, otras organizaciones campesinas, etc.) fue otra vía utilizada la disminuir las asimetrías en las relaciones de poder y lograr que los actores dominantes se sienten a negociar con los campesinos.

Una vez analizado el conflicto, la definición de la estrategia para resolverlo y su revisión continúa solo puede hacerse con la participación de todos los campesinos; la organización por manzana a modo de células --concepto prestado de la biología-- ha comprobado su eficacia. En todos los casos los profesionales del CIPAE apoyaron a los dirigentes locales para que den un manejo participativo al conflicto, definiendo los objetivos, medios y estrategias para la resolución del conflicto. Esto no siempre fue fácil en la etapa de negociación, ya que en algunos casos los grupos movilizados hacían parte de comunidades preexistentes, y en otros se sumaban a aquellos grupos externos de campesinos alentados por las propias autoridades nacionales o locales.

En el proceso de análisis del conflicto y la elaboración de estrategias de manejo y negociación del mismo y su evaluación permanente se da el proceso de construcción de capacidades en un campo de encuentro intercultural en la medida que el equipo facilitador del CIPAE --en los casos estudiados-- tiene una cultura y una experiencia vital diferente a la campesina y en esa medida está expuesta al desarrollo de imágenes prejuiciadas. En el diseño de estrategias se busca remover las incompatibilidades identificadas entre las partes involucradas en el conflicto. Una vez identificadas las incompatibilidades, para evitar la escalada de la violencia, los campesinos encontraron que salir de la propiedad ocupada cuando llegan los cascos azules es una buena opción que no les impide reingresar luego.

En todos los casos la construcción de capacidades sobre la legislación agraria y los derechos humanos ha sido fundamental. En los talleres de construcción de capacidades se enfatizó en todos los casos que el marco legal que otorga legitimidad a los intereses campesinos incluye la Constitución Nacional, el Estatuto Agrario y las distintas leyes que garantizan los derechos sociales, económicos y culturales de las comunidades indígenas. En esta fase los facilitadores del CIPAE informan las reglas del juego que se pueden utilizar para transformar el conflicto, ya sea en el ámbito del IBR, del Poder Legislativo o del propio Poder Judicial.

Tanto en el diagnóstico o análisis del conflicto y en la definición de estrategias de resolución son útiles todas las herramientas que faciliten la construcción de capacidades. Entrevistados de Juan de Mena y Cleto Romero refirieron el sociodrama para prefigurar los obstáculos que deberán vencerse para lograr la expropiación de una parte del inmenso latifundio, por mencionar solo una herramienta útil.

Para manejar el conflicto es importante lograr la mediación del IBR presentando el caso como problema social y llevarlo a la arena del Poder Legislativo para transformarlo con acuerdo con el propietario o a través de una ley de expropiación. En caso de conflictos socioambientales, debe buscarse la intervención de los actores reguladores encargados de aplicación de las leyes y ordenanzas que protegen intereses ambientales (Secretaría de Medio Ambiente, Fiscalía Ambiental, etc.).

En este proceso, el empleo de los medios de prensa escritos para movilizar a la opinión pública suele ser cuestión difícil, porque los mismos suelen posicionarse a favor de los grandes propietarios, en contraste con los medios radiales relativamente más abiertos.

En el caso de Zapattini Cué en el acuerdo del propietario con el IBR se removió la incompatibilidad de intereses entre campesinos y propietarios y el conflicto se transformó en cooperación, pero lamentablemente para garantizar la exclusión de otros campesinos de la parte no vendida, precisamente la que había sido ya desmontada por los que quedaron en la parte delimitada para centro urbano.

Cuando el diálogo o la negociación no da resultado, suelen utilizarse recursos de poder acumulando fuerzas y ocupando las fracciones pretendidas. En el curso de las negociaciones la reducción de las asimetrías en las relaciones de poder es fundamental, y aquí entra el apoyo jurídico legal. No debe olvidarse que las salidas posibles están severamente condicionadas por el marco legal y político, de ahí que la información jurídica proporcionada por el CIPAE devenga relevante. Para remover las incompatibilidades resultan importantes la movilización de la opinión pública, la ocupación de la fracción pretendida y la legalización de la ocupación. Durante las gestiones, la lección indica que en toda actuación de los funcionarios del IBR o de los mismos parlamentarios deben participar los campesinos; la intervención en la mensura también fue útil en uno de los casos estudiados. La negociación se inicia cuando se establece la comunicación entre las partes que pueden acordar las vías para resolverlo.

La transformación del conflicto se da con el acuerdo directo de las partes o con la expropiación de la fracción pretendida. Desde la propuesta inicial debe enfatizarse la necesidad de soluciones duraderas para satisfacer necesidades actuales y futuras en las comunidades campesinas, ya que en realidad al remover las incompatibilidades entre las partes comienza una nueva fase de la acción colectiva referida ya al uso sostenible de la parcela familiar, a fin de lograr el arraigo de los movilizados; de ahí la importancia de sistematizar propuestas novedosas de uso, control y manejo de los recursos naturales (Ortiz, 1998).

Luego de ganar la tierra comienza la lucha para el uso sostenible de las parcelas familiares y es necesario retomar los talleres pero ya con nuevos contenidos, antes que asomen la desmovilización y el regreso a las pautas individualistas de conducta, propias de los "tiempos normales".

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