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LaCuerda Una mirada feminista de la realidad


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Participemos en el cambio, mujeres tejedoras de la paz
Fuentes:

1 y 4: Acuerdos de Paz

2 y 3: Ley de Desarrollo Social
Secretaría Presidencial de la Mujer

spmujer@intelnet.net.gt - Telefax: 288-6016 y 288-6407

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Feminismos y claves para construir la paz

Ana Elena Obando, abogada feminista costarricense, constructora de la paz
No es fácil reflexionar sobre el feminismo y la paz en tan pocas líneas. Sin embargo, se me ocurre que el tema podría abordarse desde al menos tres perspectivas conectadas entre sí, dimensiones que como un todo podrían aportar muchísimo a la construcción de una cultura de paz.
Otra forma de entender el mundo

Una primera dimensión la aporta el feminismo o, para ser más precisa, los múltiples feminismos que se alimentan de las más variadas gamas de ideologías, prácticas, creaciones, expresiones y pensamientos políticos. Es desde esa multiplicidad que las feministas hemos ido creando una doctrina/teoría/ideología/movimiento que cuestiona las estructuras así como las relaciones desiguales de poderes en los espacios más íntimos, permitiendo develar las raíces de las formas de violencia más atroces y silenciadas de nuestro "planeta guerra".

Las feministas de todo el mundo hemos aportado otra perspectiva, otras formas de mirar, de entender la guerra y la paz, de contrarrestar la globalización neoliberal o de deconstruir las estructuras jerárquicas por medio de lógicas y éticas que apelan a principios básicos de humanidad, tolerancia, amor, respeto, igualdad, libertad y sororidad. Hemos abierto las puertas hacia una revolución sociopolítico-personal que nos hace entender que nuestro estilo de vida y nuestras formas cotidianas de actuar, sentir y pensar pueden contribuir a una cultura de paz o a un patriarcado de guerra, sin querer ser redundante con esta última expresión, porque para las mujeres nunca ha existido tregua.

Es cabalmente desde la perspectiva de género feminista que hemos entendido que los valores y actitudes detrás de la violencia privada son los mismos que pueden llevar a un conflicto armado. Que así como los hombres ejercen la violencia contra las mujeres en sus hogares, en las calles o en sus trabajos para mantener sus privilegios de género, también los Estados ejercen la violencia militar para asegurar su lugar hegemónico en el mundo. Es decir, que la lógica utilizada para construir las armas nucleares, por ejemplo, es la misma que se utiliza para violar a las mujeres o destruir el medio ambiente. Dicho en otras palabras, que la institucionalización de lo militar y la idolatrización de la violencia, como valores principales de nuestras sociedades, provienen de un matrimonio eclesiástico entre militarismo y masculinidad.

Con esto quiero decir que la creación de una cultura de paz no puede darse si no cuestionamos esa masculinidad que nace en la jerarquía y depende del ejercicio del poder y control, de la competitividad y la represión de la emocionalidad para existir; si no entendemos que el poder masculino está inmerso en las estructuras y formas de organización sociales, políticas, religiosas, militares y económicas. Que no importa cuál sea la forma de desigualdad -es decir, de una clase que controla el capital y explota la fuerza de trabajo de quienes laboran, de un adulto que controla un infante, de un hombre que domina una mujer, de los seres humanos que controlan la naturaleza, de una religión que quiere prevalecer sobre otras-, la receta de opresión siempre será la misma.

Las feministas radicales hemos puesto sobre el tapete las diferentes formas de violencia que sufrimos las mujeres, mientras las liberales han luchado para condenar la violencia desde el ámbito jurídico. Ello ha significado darles legitimidad y carácter de violación de derechos humanos a tantos abusos que hasta ahora se reconocen como tales. Sin embargo, la construcción de una cultura de paz desde los derechos humanos, exige crear mecanismos sociales de intolerancia hacia la violencia, además de formas creativas de relacionarnos. Exige redefinir o reconstruir una masculinidad y una feminidad que han encarcelado tanto a hombres como a mujeres por más de cinco mil años. Porque son precisamente esas construcciones genéricas, producto de un mundo lleno de desigualdades, donde se asientan las jerarquías y la violencia como estrategias para mantener los privilegios y el derecho a controlar, corregir y/o castigar.


Contra el manejo abusivo del poder

En este camino hacia la construcción de la paz, una segunda dimensión la aportan los movimientos pacifista y ecologista. Éstos nacen a partir de las amenazas de la guerra nuclear y de los desastres ecológicos realizados principalmente por seres humanos del sexo masculino. Movimientos que, al igual que el feminismo, se han opuesto desde sus múltiples expresiones al manejo del poder, la competencia y las formas de dominación que mercantilizan a todos los seres vivientes. Perspectivas que, como la feminista, son conscientes de la interconexión entre el sistema político-económico, el medio ambiente, la estructura social, la industria militar y las condiciones de vida de la gente.

Sin embargo, hay una clave que las feministas aportamos a ambos movimientos, sin la cual es imposible pensar en la construcción de un mundo pacífico. Esa clave es precisamente el origen social, la raíz estructural, el nacimiento de todas las formas de violencia contra las mujeres y hombres no paradigmáticos y los demás seres vivientes. Ese triángulo de masculinidad-dominación-violencia inmerso en las estructuras e instituciones del patriarcado, así como en nuestros sentires y pensares. Por eso creo que todos estos movimientos deberían reflexionar sobre cómo aprovechar la desestabilización de esas construcciones genéricas que originan las guerras y sus procesos de paz para plantear nuevas formas de relación entre los seres humanos bajo otros paradigmas.
Reestructurar las relaciones humanas

Es en esta última afirmación donde podemos encontrar, por cierto, la otra clave que comunica a los tres movimientos sociales. La que nos dice que para la reconstrucción del "planeta guerra" en su conjunto se requiere un cambio estructural y que ese cambio debe partir precisamente del mejoramiento o la reestructuración de las relaciones humanas.

Pero cómo podrían mejorar esas relaciones si no examinamos además la dimensión interior del ser humano, es decir, el lugar donde se gesta el conflicto primario. Es aquí donde aparece la tercera perspectiva o dimensión que podríamos llamar espiritual. Porque para crear una cultura de paz se requiere una práctica cotidiana pacífica que debe emanar del ser interior y, por lo tanto, expandirse hacia el contexto social donde vivimos. Se requiere entender que la felicidad no es un concepto individual, sino interdependiente, y que la prevención de las guerras requiere de una preparación de los seres humanos en la paz interior así como de una lucha colectiva que empieza por reconocer la humanidad de las otras personas, por saber que la energía creativa no será destructiva si está orientada hacia la búsqueda de nuestra esencia, hacia esa conciencia que somos todas las personas.

Sé que para muchas personas será difícil entender de cuál conciencia estoy hablando. Sé además que el reto se hace cada vez mayor porque vivimos en sociedades que no promueven la riqueza espiritual sino, por el contrario, alimentan los egos con dosis de egoísmo y violencia y encajonan nuestra humanidad creativa en plásticos y químicos que destruyen el planeta.

La falta de conciencia social, personal y espiritual nos hace confundir la violencia sutil o explícita, el consumo de bienes inútiles, los deportes violentos, la televisión adormecedora, los ejércitos que "defienden" patrias, la tecnología que crea bombas nucleares, las religiones que predican sumisión, el maltrato a los seres vivientes, la venta de cuerpos, y otros miles de ejemplos, con humanidad. Nos hacen perder nuestra esencia misma para vivir en lo superficial.

Creo que nuestra fuerza social, personal y espiritual se encuentra en reconocer la interconexión de todas esas perspectivas y la diversidad de nuestra humanidad. En saber que ya no hay tiempo para que nuestras demandas las asimile la sociedad de consumo o el sistema político. En entender que la construcción de una cultura de paz empieza por una revolución en el ser interior de cada humana y humano que se manifiesta en una lucha social íntegra, fuerte y autónoma. Y, finalmente, en tener conciencia, las veinticuatro horas del día, que nuestra transformación interior, nuestro sentir, nuestro pensar y actuar serán lo que, en última instancia, construya ese mundo con el que muchas seguimos soñando.



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Movida departamental
Quetzaltenango

Reforma Cafetalera

En la ciudad de Quetzaltenango, representantes de organizaciones nacionales y regionales, así como grupos de acompañamiento y estudio, acordaron lanzar una iniciativa ante la crisis del café, denominada Reforma Cafetalera. A diferencia de las respuestas gubernamentales y del sector dominante cafetalero, proponen superar los marcos del modelo económico actual, que consideran caduco, porque la producción de este grano, si bien generó importantes divisas y fuentes de empleo, a su vez concentró la riqueza y provocó exclusión social.

La finalidad estratégica de la iniciativa es crear condiciones para garantizar la seguridad alimentaria, reducir los niveles de pobreza, proteger los derechos de las mujeres así como de la niñez y juventud trabajadoras, impulsar el desarrollo rural en regiones y micro regiones, además de promover la democratización económica y la estabilidad política.

Como parte de la Reforma Cafetalera plantean la transferencia de tierras mediante la dotación de terrenos a campesinas y campesinos, a través de la compra barata y la confiscación de fincas, fomentando el acceso a potenciales propietarias con o sin hijos.

Respecto a la problemática laboral, demandan campañas semestrales de supervisión al cumplimiento del Código de Trabajo, Código de Salud y libre sindicalización en fincas cafetaleras, cuyos resultados se den a conocer a la opinión pública y en las que tengan participación activa representantes de las y los trabajadores.

La Coordinadora Nacional Indígena y Campesina (CONIC), el Movimiento de Trabajadores Cristianos de San Marcos, el Círculo de Políticas Públicas y Situación Agraria de Quetzaltenango y la Asociación de Sololatecos Unidos por el Desarrollo Integral (ASUDI), entre otros grupos, suscriben esta reforma agraria específica para las zonas cafetaleras. La orientación de sustentabilidad y equidad que defienden pretende superar la visión depredadora, especulativa y explotadora.



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Quetzaltenango

Rompiendo barreras

En el afán de promover el ejercicio de la ciudadanía de las quetzaltecas y analizar cómo mejorar las relaciones de equidad entre géneros, la Asociación Mujer Tejedora del Desarrollo (AMUTED) realiza jornadas de sensibilización a hombres, quienes son esposos o compañeros de hogar de las mujeres que participan en ese proyecto.

AMUTED cuenta además, entre los resultados de sus actividades de capacitación con mujeres rurales y urbanas del municipio de Quetzaltenango, que 35 lideresas comunitarias han avanzado en ejercer su capacidad de dirección. A partir de tres jornadas informativas, 60 mujeres obtuvieron documentos de identificación, lo que contribuirá a que ejerzan sus derechos ciudadanos.

A través de estas acciones se proponen fortalecer los espacios de participación de la población femenina a fin de mejorar su calidad de vida.



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Remedios para el alcoholismo en Villa Canales

En la aldea de Jocotillo, Villa Canales, el grupo de mujeres continúa trabajando con personas alcohólicas. Aunque las actividades conjuntas con la Pastoral Social aún no se reinician, ellas siguen reuniéndose y este mes están elaborando los remedios naturales. Tienen alrededor de 20 pacientes y el tratamiento es uno.

La hermana Ludy comenta que la receta la administran en cuatro etapas. "La medicina que hacemos la administramos por pasos. La hoja de lima con tetilla de hoja de achiote y cáscara de guayaba rosada es lo que se da primero. El segundo paso es con pepita de aguacate; el tercero lo hacen de carbón de ocote y el último que se les administra es el primero otra vez, de la hoja de lima. Las mujeres tienen el deseo de cambiar su vida y la de sus familiares".

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Movida capitalina
El nuevo milenio es nuestro

Como parte de un proyecto de capacitación para organizaciones que integran el Comité Beijing-Guatemala, 30 mujeres de diferente formación académica participaron en el taller Metodología de Investigación en las Ciencias Sociales.

Bajo la consigna "El nuevo milenio es nuestro", la agrupación convocante definió como propósitos que las participantes analizaran diversos acercamientos conceptuales a los que se identifica como método, debatieran en torno a la epistemología, conocieran técnicas cuantitativas y cualitativas, además que manejaran los componentes del diseño de investigación.

La facilitadora de la actividad, Patricia González Chávez, presentó una propuesta de diseño para proyectos de investigación, que fue ampliamente discutida. La coordinadora del Comité Beijing, Alicia Rodríguez, resaltó la importancia y aportes del feminismo en la construcción de paradigmas en el conocimiento.


Colección Estudios de Género

La Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) presentará el 8 de febrero a las 17:30 horas, en el Hotel Meliá, la publicación "Conferencias Internacionales del Primer Encuentro Mesoamericano de Estudios de Género", que recopila ponencias de las feministas extranjeras Marcela Lagarde, Guadalupe Espinoza, Margarita Pisano, Soledad González, Eugenia Rodríguez y Graciela Hierro. Tales exposiciones formaron parte de las conferencias magistrales ofrecidas en dicho evento, al que asistieron más de 800 personas en agosto del año pasado en Antigua Guatemala.

Asimismo, Walda Barrios, coordinadora del Área de Estudios de Género de FLACSO, informó que el 7 de marzo, un día previo al Día Internacional de las Mujeres, darán a conocer una memoria-video del encuentro en mención.
Periodistas reciben reconocimientos

Michelle Garzaro, integrante de la Red de Mujeres Periodistas en Guatemala, fue galardonada como Periodista del Año, premio anual que otorga el matutino Siglo Veintiuno como reconocimiento a su planta de reporteras y reporteros. La distinción se otorga a partir de las propuestas que presentan los editores de cada una de las secciones de ese diario.

Otra de las activas periodistas de la Red, Alma Palma, recibió la denominada Mención del Comendador, otorgada por el Concejo de la Audiencia de Santiago de Antigua Guatemala. Este reconocimiento fue por su importante producción radiofónica en el ámbito deportivo. También fue galardonada con esta distinción la periodista Teresa López Lima.
Saludos a Bonna y Rocío Belén

Muchas felicidades a nuestra queridas compañeras Gloria Prado y Nuria Maldonado. Bonna nació en Xela y Rocío Belén en esta capital, con buena salud y gozando de mucho afecto. Nuestros mejores deseos para todas.



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Los monólogos de la vagina


14 de febrero (estreno)

Teatro de Cámara – Gran Teatro Nacional

18:00 y 20:00 horas



15, 16, 17, 22, 23, 24 de febrero

1, 2, 3, 8, 9, 10, 15, 16 y 17 de marzo



Viernes y sábados: 18:00 y 20:00 horas

Domingos: 16:00 y 18:00 horas

Admisión: Q.75.00


22 de marzo (a beneficio de la Fundación Preventiva del SIDA Fernando Iturbide)

18:00 y 20:00 horas

Admisión: Q150.00, Q125.00 y Q100.00



23 de marzo (presentación en inglés en Antigua Guatemala, a beneficio de la Asociación de Mujeres Madre Tierra)

Teatro La Sinventura, Antigua Guatemala

18:00 horas

Admisión: Q100.00


Actrices: Celia Recinos, María Teresa Martínez, Tita Mendoza, Mercedes Arce, María del Rosario Furlán, Bitty Herrera, Gloria Marina, Susana Campins y Odeth Alvarado (tres actrices por presentación en rotación constante)

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Editora

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Reporteras

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Distribución y suscripciones

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Produce y distribuye

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