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El fin del periodismo y otras buenas noticias Nuestra hipótesis Autor: lavaca org


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Lo viejo y lo nuevo


Hace falta paciencia y, sobre todo, consultar una multiplicidad de fuentes muchas de ellas inaccesibles –no por su acceso restringido, sino por la jerga detrás de la cual se encriptan- para poder trazar un perfil aproximado de eso que aquí llamamos “capitalismo mediático”. Revisemos, por ejemplo, la información disponible sobre esa corporación que genéricamente conocemos con el sencillo nombre de Teléfonica29, sustantivo propio al que según el momento, origen de la información o lugar desde el cual se la mire se le adosa una identidad nacional (Telefónica de España, Telefónica de Argentina, etc.), producto de la confusión con que este tipo de companías se presenta para esconder su verdadero poder no-geográfico.

Comencemos por repasar su historia:



  • La "Compañía Telefónica Nacional de España” se constituye el 19 de abril de 1924 en Madrid, con un capital social de un millón de pesetas representado por 2.000 acciones ordinarias, la mayoría en manos de la International Telephone and Telegraph Corporation (ITT) de Nueva York.

  • Un Real Decreto firmado por Alfonso XIII en agosto de 1924, autorizó al gobierno español a contratar a la "Compañía Telefónica Nacional de España" para la organización, reforma y ampliación del servicio telefónico. Así, el Estado cedía a la nueva empresa todas las instalaciones y líneas que explotaba directamente, y todos los derechos de las concesiones existentes.

  • Con la llegada en 1931 de la II República se cuestiona la legalidad del contrato firmado y se solicita su anulación, juicio que queda zanjado definitivamente en diciembre de 1932, bajo el gobierno de Manuel Azaña.

  • En 1945 el gobierno español decidió adquirir las 318.641 acciones ordinarias propiedad de la ITT, con lo que el Estado pasó a controlar el 79,6% del total de acciones ordinarias en circulación. La nueva relación entre Telefónica y el Estado exigió la revisión de las posiciones de ambas partes, firmándose un nuevo contrato que entró en vigor en diciembre de 1946.

  • En 1991 la compañía firma un nuevo contrato con el Estado, de 30 años de vigencia, que sustituye al de 1946 y que formalmente inicia la conversión de esta compañía en una empresa privada. En este periodo comienza la expansión de Telefónica en Latinoamérica.

  • En 1994 inicia la transmisión de negocios a algunas filiales constituidas al efecto, con el objetivo de crear una red de empresas en las que delega, entre otras cosas, responsabilidades legales. Comienza así un proceso que podríamos llamar de tercerización, donde cada vez es más difícil reconocer qué hay detrás de cada compañía local.

  • En 1995 el gobierno español decide desprenderse de un 12% del capital de la compañía, promoviendo la creación de un núcleo estable de accionistas, formado por los bancos Bilbao-Vizcaya, Argentaria y La Caixa, y ofreciendo al mercado bursátil 100 millones de acciones.

  • En 1998 Telefónica practica un reordenamiento societario por el que se desarrolla una estructura “que permitirá dotar a cada área de negocio de su propia identidad jurídica, quedando Telefónica, S.A. como sociedad matriz”.

  • En enero de 1999 la casa matriz traspasa la rama de actividades del negocio español de telecomunicaciones a otra empresa que adopta el nombre de “Telefónica de España”.

  • En enero de 2000 crea dos nuevos negocios globales: Telefónica Móviles, que agrupa todas las operaciones de telefonía móvil del grupo, y Telefónica DataCorp, para el negocio de datos y servicios para empresas. Más tarde se añaden otras como Atento, Business to Business o Emergia, a la vez que toma cuerpo Telefónica Latinoamérica como la línea de negocio responsable de los activos de telefonía fija en Latinoamérica.

  • En Latinoamérica lleva a cabo una oferta pública de acciones en Telefónica de Argentina, Telesp y Tele Sudeste (Brasil), y Telefónica del Perú. Esta operación, conocida por el nombre de Operación Verónica, reordena las compañías que dependen del grupo por áreas de negocios en lugar de por países.

  • Durante 2004 Telefónica compró las filiales de telefonía móvil del grupo estadounidense Bellsouth, pasando a ser el mayor operador en telefonía móvil de Sudamérica y el tercer operador telefónico del mundo. Ese mismo año Telefónica compró el 23% de la red de transmisión satelital estadounidense PanAmSat y con ello pasó a integrar una de las corporaciones satelitales más grandes del mundo.

  • En marzo del 2005, Telefónica decide unificar la imagen de su filial Telefónica Móviles en 13 países, lanzando la campaña MoviStar. Esta campaña fue la única de Telefónica a escala global ( es decir que por primera y única vez el mismo logo, concepto y estética se usó en todos los países en los que opera) y tuvo un costo calculado en 96 millones de dólares.

  • En el balance 2005 consigna que el flujo de caja generado alcanzó los 7.108 millones de euros (poco más de 9 mil millones de dólares, casi el equivalente a la deuda argentina con el Fondo Monetario Internacional30), de los cuales 697 millones fueron dedicados a la cancelación de compromisos adquiridos, rubro que incluye “ la reducción de plantillas”. Esto es, los despidos de personal que ha realizado el grupo en diferentes lugares del Planeta Telefónica.

  • En la actualidad, el Grupo Telefónica opera en 40 países. En Europa: en Alemania. Austria, Bélgica, Dinamarca, España, Francia, Holanda, Italia, Polonia, Portugal, República Checa, Inglaterra, Suecia y Suiza. En América Latina: en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Perú, Puerto Rico, República Dominicana, Uruguay Venezuela. En América del Norte: en Estados Unidos y Canadá. El mapa se completa con los negocios en Australia, Marruecos y Sudáfrica

  • Sin embargo, no es el Primer Mundo el que más ganancias aporta al grupo. La base de clientes del Grupo Telefónica supera los 100 millones, de los cuales un 55% se encuentra en Latinoamérica.

Repasemos ahora qué tipo de corporación se cocinó en todos estos años:



  • Telefónica es una empresa totalmente privada.

  • Cuenta con casi 1,7 millones de accionistas directos.

  • Su capital social está dividido en la actualidad en 4.955.891.361 acciones ordinarias que cotizan en el mercado continuo de las bolsas españolas (Madrid, Barcelona, Bilbao y Valencia) y en las bolsas de Londres, París, Frankfurt, Tokio, Nueva York, Lima, Buenos Aires, San Pablo y en la plataforma IRS de la Bolsa de Londres. El Grupo Telefónica tiene aproximadamente otras 20 sociedades cotizadas en bolsa.

  • El detalle de empresas dependientes, asociadas o participadas del Grupo Telefónica es, en el balance del 31 de diciembre de 2004, un listado de 34 páginas de 30 renglones cada una.

  • Sin embargo, semejante sociedad global no está obligada a llevar un registro de accionistas, por lo tanto no se puede conocer con exactitud la estructura de su propiedad.

  • Al 26 de diciembre de 2005, los únicos accionistas identificados eran el Banco Bilbao Vizcaya (con el 6,631% de las acciones) y La Caixa (con el 5%). El Chase Manhatan Bank, por su parte, tiene un 7,61%, “en nombre y por cuenta de sus clientes” y el Citibank el 4,66%, en idénticas condiciones.

  • La Caixa y el Banco Bilbao Vizcaya son también accionistas de Repsol, Iberia, Suez, Aguas de Barcelona, Endesa, Deustche Bank y el Banco Itau, entre otros.



La consolidación de Telefónica como corporación global fue acompañada por su ingreso al mercado de medios comerciales de comunicación. En este caso, la operación se realizó a través de un alias: Admira, la empresa con la que a mediados de los 90 sale de shopping mediático por toda Latinoamérica. Así, en Chile, Argentina, Perú, Bolivia, Guatemala, Colombia, Puerto Rico, Brasil, Venezuela (pero también en Rumania y Portugal) el Grupo Telefónica se convirtió a finales de la década del 90 en un importante actor del mercado de la información, entendiendo el rubro en su forma más amplia y completa: Internet, televisión, radio, cine, libros. Desde Admira, Telefónica también tejió sus alianzas con los otros grandes del rubro comunicación: la estadounidense WorldCom-MCI, la British Telecom, y con el grupo inglés Pearson, propietario del grupo Recoletos (España), que edita las publicaciones Marca, Expansión, Actualidad Económica o Telva, entre otras. A principios de 2000 se hace con un 48,62% de Vía Digital; el 47,42 % de Antena 3 TV y el 40% de Audiovisual Sport, de España. Luego, compra la productora holandesa Endemol (con filiales en 17 países, responsable de entre otros productos globales, de El gran Hermano y Operación Triunfo), Media Park (audiovisual y multimedia), Lola Films (producción y distribución cinematográfica española), y Megatrix (contenidos infantiles y canal temático en Vía Digital). Compra, además, al proveedor de acceso a Internet Lycos. La estructura nacida de la compra de Lycos le dio la primacía -según un comunicado de la empresa- en Canadá, Corea del Sur, América Latina y el mercado hispano de los Estados Unidos. Con anterioridad, Telefónica ya había establecido una extensa estructura en Internet a través de América Latina, mediante la compra de portales de referencia en la mayoría de las naciones de habla hispana.

Admira sumó así presencia en cuatro continentes y 23 países. Pero, a partir de 2002, los cambios políticos, sociales y económicos obligaron a Telefónica a liquidar a Admira. Ese mismo año el presidente de la compañía, César Alierta, fulminó a la cúpula directiva de su división de medios y ya en 2003 Admira desaparece del organigrama de Telefónica. Sus participaciones en medios comerciales de comunicación se integran a la división llamada Telefónica Contenidos y bajo ese paraguas va a dar lo que queda de su paquete de negocios en la Argentina, que no es poca cosa:


Grupo Telefé

Televisión abierta y producción de contenidos. Participa además en un sello discográfico y en una empresa de marketing directo. El grupo posee la red más importante de canales de televisión abierta del Interior. También cuenta con Editorial Atlántida, que edita las publicaciones Gente, Negocios, Billiken y Para Ti. Las dos radios que pertenecían al grupo (Continental y Radio Stéreo) fueron vendidas en noviembre de 2004 al grupo Prisa.


Patagonik

Producción y promoción de películas. Tiene acuerdos con la norteamericana Buena Vista Film Production y un contrato de licencia en exclusiva con Artear, del Grupo Clarín, para la distribución de las películas a través de televisión en América Latina e Islas del Caribe. También con las cadenas televisivas Antena 3 y Vía Digital para el mercado español de televisión abierta y de pago.

Sprayette

Dedicada a la venta televisiva y telefónica de productos inútiles.

Torneos y Competencias

Monopoliza la transmisión de eventos futbolísticos, entre otros negocios vinculados al deporte


En la Argentina dependen de Telefónica S.A., una de las empresas del Grupo Telefónica con sede en Madrid, España, de forma directa y coordinadas por un presidente y un “Centro Corporativo País”, las siguientes líneas de negocio:



Telefónica de Argentina S.A

Telefonía fija (nacional e internacional), telefonía pública, acceso a Internet (con las marcas Advance y Speedy) y guías telefónicas, que edita y comercializa Telinver S.A. con la marca Páginas Doradas.

Telefónica Empresas

Servicios globales de comunicaciones de voz, datos y soporte de Internet para empresas bajo la razón social Telefónica Data de Argentina S.A.

Telefónica Móviles Argentina S.A.

Telefonía móvil o celular a cargo de la marca Movistar

Terra Networks

Argentina S.A.

Portal de Internet, contenidos y servicios on-line y desarrollos tecnológicos.

Atento Argentina S.A.

Servicios de atención a clientes a través de plataformas multicanal o contact centers: teléfono, fax e Internet.

t-gestiona

Consultoría en las áreas de recursos humanos, comercio exterior, seguros, logística, contabilidad, gestión Inmobiliaria, seguridad y servicios generales.

Pléyade Argentina S.A

Broker de seguros del Grupo Telefónica.

Veamos ahora dos ejemplos de lo que esta aparente moderna corporación – símbolo de los “nuevos” tiempos- hace en un país como la Argentina:

1) En junio de 2000 los periodistas españoles Antonio Rubio y Manuel Cerdán, del diario El Mundo, llegaron a Buenos Aires para investigar una denuncia sobre coimas que la filial argentina de Telefónica había pagado a jueces y políticos. Rubio y Cerdán ya estaban familiarizados con los trapos sucios porteños cuando realizaron la investigación el llamado Yomagate y Al Kassar para la revista Cambio 16. Ya tenían el informe de un alto funcionario de Telefónica sobre el pago de coimas y la confirmación de que la misma empresa había ordenado una investigación sobre el derrotero de esos siete millones de dólares. El dinero se había justificado como el pago de tres informes de asesoramiento económico, pero había terminado en la cuenta personal del banquero Raúl Moneta, quien en ese entonces era socio de Telefónica a través del grupo CEI.
Lo que sigue es una síntesis de lo que Rubio y Cedrán encontraron:

Telefónica Argentina pagó durante 1997 y 1998, bajo la presidencia de Juan Villalonga31, al menos 870 millones de pesetas (unos 7 millones de dólares) a sociedades de su accionista Raúl Moneta, financiero argentino procesado por diversos delitos económicos. Moneta exigió dichos pagos a Telefónica para compensar las comisiones pagadas por él a jueces y políticos para conseguir el llamado «rebalanceo de tarifas».


La compañía, tras efectuar fuertes inversiones, consiguió en 1997 de parte del presidente Carlos Menem un cambio en el sistema de tarifas muy favorable a sus intereses económicos, lo que se denominó «rebalanceo de tarifas».
Sin embargo, Villalonga se encontró con la desobediencia de miles de usuarios, quienes se negaron a pagar los nuevos recibos. Incluso, algunos jueces admitieron a trámite las reclamaciones de los particulares. Finalmente, las protestas contra Telefónica llegaron hasta la Corte Suprema y al Congreso. La dirección de Telefónica Argentina, ante la gravedad de los hechos, encargó a Raúl Moneta, conocido en Argentina como el banquero de Menem, la compra de voluntades a fin de reconducir la situación”, informa Juan Ignacio Irigaray.
Moneta era entonces accionista de Telefónica Argentina a través de la sociedad CEI y participaba en un holding de empresas controladas por el grupo bancario norteamericano Citibank. Además, el amigo de Menem era uno de los propietarios del Banco República, que en aquellos momentos había entrado en crisis y estaba intervenido por el Banco Central de Argentina.
Las gestiones de Moneta y el lobby menemista consiguieron una sentencia favorable sobre el balanceo de tarifas de la Corte Suprema, cuando todas las instancias judiciales habían dado la razón a las asociaciones de denunciantes, y controlaron a los componentes de las comisiones parlamentarias de Comunicaciones y Privatizaciones.
Telefónica, cuyo responsable en Argentina era Luis Martín Bustamante, canalizó el dinero para el pago de las comisiones a través de las cuentas del Banco República, la entidad financiera de Moneta. Para justificar los pagos, acudió a un sistema similar al de la Filesa del PSOE: pagar fuertes sumas de dinero por informes que nunca se realizaron o, si se elaboraron, no tenían ninguna utilidad.
Villalonga también compensó a Moneta con su promoción dentro de la sociedad. En junio de 1998, nombró al empresario argentino consejero de Telefónica Internacional, cargo del que tuvo que dimitir meses después por su implicación en diversos delitos económicos en Argentina. Incluso, durante unos meses fue prófugo de la Justicia”.

2) Los call centers son empresas que contratan personas para realizar y recibir llamadas relacionadas con servicios, ventas, tele marketing, encuestas y lo que las llamadas “empresas madre” –los clientes- dispongan. Se calcula que hay 50.000 trabajadores –la mayor parte jóvenes y mujeres- en los call centers argentinos, la mitad de los cuales trabajan para call centers off shore. Esto quiere decir: empresas multinacionales que se instalan en la Argentina favorecidas por la diferencia cambiaria.


Desde aquí se efectúan las llamadas más diversas. Por ejemplo, a un latino que vive en California para venderle un producto de marca global fabricado en China. O a un francés para venderle un servicio médico cuya casa matriz está en Estados Unidos o España. O todo a la inversa. También pueden atarlos al teléfono para recibir los llamados de quienes quieren adelgazar 20 kilos en un mes con fajas, cremas o artefactos, comprar un televisor por 8.000 dólares o un consolador por 200.

¿Por qué call centers que venden productos extranjeros a público también extranjero se instalan en la Argentina? Porque las comunicaciones son baratas, los salarios son bajos, la mano de obra es calificada, y la instalación de un piso con cables y computadoras, en moneda fuerte, les cuesta baratísimo.



Esta realidad puede corroborarse en la página del gobierno argentino32 –administración Kirchner- donde un informe de la Agencia de Desarrollo de Inversiones de la Secretaría de Industria, Comercio y PyME, del Ministerio de Economía, pregunta:

“¿Por qué invertir en Call Centers en la Argentina?”

El informe se abre con un simpático dibujito de dos chicas y un muchacho sonrientes con sus auriculares con micrófono, con fondo de planisferio, y un texto que destaca –entre otras cualidades competitivas- el “entorno jurídico apropiado” que ofrece nuestro país para este tipo de negocios. Entre otros, una “legislación laboral que establece un marco jurídico flexible y consistente con las exigencias particulares de esta actividad”.
Bajo el subtítulo “Call Centers en la Argentina”, se informa:
“Localmente unas 40 empresas, la mayoría de capital nacional, desarrollan esta actividad”. Entre las principales, destaca en primer lugar Atento, la empresa perteneciente al Grupo Telefónica.

Nacho no se llama Nacho. Es un joven de veintipocos años que trabaja en Atento, por lo cual no puede dar ningún indicio que revele su identidad. Es universitario y habla inglés en forma fluida, dos condiciones indispensables para acceder a ese puesto en Atento por el que cobra un dólar y medio por hora.

Nacho informa de qué tipo de trabajo se está hablando en estos casos: “Modulan y disciplinan el alma del trabajador, su atención, su memoria, su lenguaje, volviéndolo una máquina repetitiva que sólo puede obedecer en el marco que le brinda un software”.
El sistema es el siguiente.

Las personas son convocadas mediante avisos en inglés o en castellano (principalmente en diarios y subtes, en el caso de Buenos Aires) y los aspirantes aprobados pasan por un ciclo de entrenamiento.

Primero, se les “neutraliza” el idioma para que tanto en castellano como en inglés hablen con ese acento impreciso que suele escucharse en los aeropuertos. Una segunda etapa consiste en el aprendizaje de las estrategias de venta.

Luego, cuando comienza el trabajo real, a cada uno lo instalan ante una computadora, con auriculares de los que se desprende un pequeño micrófono. “Se empiezan a hacer o a recibir llamadas, según el caso. Y según el caso te imponen la métrica: cuántos minutos cada llamada, cuántas por día”.


La computadora vigila entonces las llamadas y las pausas. “Hay un programa llamado Avaya, con el que controlan todo. Para ir al baño hay que pedir permiso. Se hace a través del Messenger (software para intercambiar mensajes on line). El permiso te lo dan los del work force, que es una mesa de control. Hay tres minutos autorizados o menos, según el call center. Avaya va grabando cuánto estuviste en el baño, el tiempo de las llamadas, cuántas hiciste”.
El software funciona de acuerdo a modos.

Ir al baño es Modo 2.

Ir a comer Modo 3.

El recreo, Modo 1.


Todo esto suele redactarse en inglés. El operador escribe “bath” o “break” y espera el permiso.
El work force no puede impedir ir al baño, por ley, pero Avaya controla cuánto tiempo lleva semejante tarea. Queda a criterio del work force es en qué momento se otorga el descanso (en las siete horas de trabajo hay 20 o 15 minutos de descanso, divididos en dos) o el horario de comida (en general 45 minutos), según la cantidad de llamadas que esté recibiendo el call center, o las que haya que realizar.
Cada 20 o 30 operadores las empresas instalan otra jerarquía, la del supervisor. El supervisor monitorea constantemente la pantalla de los operadores, y escucha las llamadas (que por otra parte son grabadas). El supervisor tiene la clave para ver Avaya, que marca en rojo al empleado que se atrasó un minuto en volver del baño o de la comida.
Mientras tanto, el sistema va enviando (o exigiendo) una llamada tras otra sin que el operador pueda detenerlo. Si la métrica es de 4 minutos por llamada, un operador puede llegar a sostener 90 llamadas por día.
El salario es variable. Esto significa que hay un fijo mínimo, por ejemplo de 400 o 500 pesos, y el resto (hasta un 40% más) depende del llamado “premio”. El premio no responde a lo que en las antiguas empresas se llamaba productividad, ni a la cantidad de ventas, sino a haberse amoldado a los criterios disciplinarios del call center:
Pero la principal características de estas empresas es su forma de eludir responsabilidades legales. Nacho considera que lo que ocurre, por ejemplo, con Atento y Telefónica “es un fraude laboral, porque inventan una empresa fantasma”. Esto ha sido denunciado por el propio gremio telefónico, Foetra, ya que los trabajadores no son encuadrados como telefónicos sino como empleados de comercio. Informa Nacho: “En Atento hubo una toma del edificio en 2004. Por primera vez hubo reacciones ante despidos arbitrarios. Como respuesta, Atento militarizó el edificio, comenzó a dividir a los trabajadores abriendo nuevas sedes y dispersándolos, impuso retiros voluntarios a los que participaron de la toma y desconoció totalmente la representación del sindicato”.
Hubo otras batallas y represiones también en 2005, pero la mayor parte del problema sigue abierta por dilemas que la justicia local no sabe cómo resolver: si la empresa que contrata los servicios del call center para que le venda sus productos solo existe en los Estados Unidos, ¿cómo hacerle reconocer responsabilidades con respecto a los trabajadores argentinos? ¿Se deben aplicar leyes norteamericanas o locales?

¿Qué hacer ante todo esto?

Nacho informa que la experiencia de resistencia más interesante en los call centers ocurre a partir de lo que él denomina “micro periodismo”.

“El periodismo alternativo actúa muchas veces igual que los medios masivos. Periodistas ajenos al conflicto, que informan sobre algo. El impacto es bastante pobre y a la lucha del trabajador no le sirve”.

Un periodismo que se considera “alternativo” a otro, en realidad forma parte de su misma lógica, y esa lógica, propone Nacho, es la que hay que romper por motivos muy sencillos: “a la empresa ese tipo de información no le importa”.
¿Y qué es lo que sí le importa a una empresa?

Informa Nacho:

“Que el trabajador se apodere de los vínculos, de la comunicación, de su voz. El micro periodismo sería un periodismo que no tenga el fin de comunicar universalmente a toda la sociedad, sino algo singular y pensado hacia la propia situación del trabajo. Y que por eso mismo no pueda ser normalizado (los entrenadores de los call centers dirían “neutralizado” ) por el discurso que tienen los medios comerciales de comunicación, ni los alternativos”.
Este periodismo micro pretende lograr vínculos entre los trabajadores, compartir información con respecto a las empresas en las que trabajan y crear modos propios de comunicación y resistencia. “La comunicación como una instancia más de la lucha, sin delegarla a periodistas, artistas ni intelectuales” informa Nacho.
Un ejemplo concreto es www.teleperforados.com.ar , otro trabajo de los conjurados de los call centers. La página se abre con una declaración a favor de la libertad de expresión basada en la Constitución Nacional y los pactos internacionales sobre derechos humanos.
Lo primero que se ve es a un mono encadenado y con auriculares:

Luego aparecen frases:

¿Estás cansado de que te traten mal en el trabajo?

¿De la inoperancia?

¿De las condiciones laborales?

¿De que te exploten?

¿Y conformarte?

Ayudémonos entre todos.

Ahora”.
Con un clik más aparece el símbolo de una carita triste, a la que le perforan la nuca con un taladro. De la cabeza caen monedas. Una frase posterior postula:

“Hoy decimos basta”

La página incluye informes, noticias, recomendaciones ( por ejemplo, “guía práctica para cuidar nuestra salud”) convocatorias a marchas, reuniones, escraches y un foro de discusión, verdadera alma del sitio. También comparten videos o fotos tomadas clandestinamente con teléfonos celulares, que se presentan de la siguiente manera:

Bajate el video grabado por los compañeros de Atento, en uno de esos días en los cuales todavía los directivos de esa empresa se animaban a subirse a una silla para tratar de "justificar" una de las tantas irregularidades que a diario nos someten: la quita del presentismo o del día de trabajo por estudio, por enfermedad o incluso por haber donado sangre a un compañero que la necesitaba”.

Además, tiene links a otras webs organizadas por los trabajadores de cada empresa, como por ejemplo la página de los empleados de Atento33 donde además de la historia, las fotos y el intercambio a través del foro, los jóvenes proponen un “múltiple choice”, para difundir derechos laborales. Por ejemplo:

Sabiendo que por ley tu categoría la determina la actividad de la empresa madre. ¿Cuál pensás que es la empresa madre de Atento?



a)  Atento. Sus padres lo abandonaron cuando era un crío.

b) No creo que las empresas tengan hijos. La única madre que conozco es la mía y la quiero mucho.

c) Telefónica de Argentina, que se dedica a las telecomunicaciones y todos sus empleados y sus empresas pertenecen al gremio de los telefónicos.
La frase de un dramaturgo y poeta alemán funciona como lema de la página web de los Teleperforados:

“Cuando el delito se multiplica, nadie quiere verlo”.


Será cuestión de confirmar si los teleperforados y otros clandestinos como Nacho logran desmentir a Bertold Brecht, pero en tanto los jóvenes integrantes de este ejército de operadores transformaron diferentes artefactos tecnológicos en una forma de comunicación destinada a un objetivo concreto: organizarse.
Este tipo de experiencias deja en evidencia uno de los mayores desafíos de los años que vienen: qué tipo de productores y consumidores de información serán los jóvenes nacidos y criados en estas nuevas formas de producción. Algunos especialistas los llaman la “generación @” o “generación digital” y su sola denominación ya habla de la fatalidad que la caracteriza: una profunda grieta social.

Comencemos entonces por recordar a aquellos que al hablar de la generación digital estamos ignorando:



  • En el mundo, hay 462 millones de adolescentes que sobreviven con menos de dos dólares diarios.

  • Los no escolarizados suman 130 millones34.

  • En la Argentina, cuatro de cada diez desempleados tiene menos de 24 años. La tasa de desempleo juvenil duplica el promedio general.

  • El grupo más vulnerable lo constituyen los 320.000 jóvenes de 15 a 19 años que “no trabajan, no buscan trabajo ni estudian”. Se trata de eso que las autoridades nacionales dieron en llamar el “núcleo duro de la exclusión” porque es “especialmente vulnerable a la anomia y el riesgo social, en muchos casos vinculado al desarrollo de formas ilegales y extralegales de subsistencia"35.

  • En 2006 hay 1022 millones de usuarios de Internet. De ese total, el 68% pertenecen a los Estados Unidos y solo el 15% a América del Sur.

Los que quedaron del otro lado son los jóvenes criados por una cultura de pantalla: televisión, computadora, teléfonos móviles, video, dvd, cine. En ese orden.

Por ahora.

Los últimos estudios realizados en el mundo acerca de esta generación36 ya mencionan que tienden a prender menos la televisión, casi no leen diarios y escuchan menos radio. La computadora representa un tablero de comando que les permite compartir con otros música, juegos y conversación. En ese orden.

Por ahora.

Tal cual señalan los especialistas, la alfabetización digital comienza cada vez más temprano y de manera lúdica, a partir del uso de los videojuegos. Esto es lo que los lleva con los años a “naturalizar” operaciones al punto de poder realizar varias al mismo tiempo: mientras descarga un archivo de música, juega en red y chatea, por ejemplo. Un exhaustivo análisis publicado por la española Revista de Estudios de la Juventud37 en marzo de 2005 señala que “aunque resulta prematuro predecir las modificaciones cognitivas que va a suponer el paso de una cultura basada en la escritura a una cultura multimediática, es posible pensar que determinados rasgos de las nuevas tecnologías deben ser considerados como elementos de cambio importante”. Y resalta algunas de las principales características de estos cambios:

  1. Velocidad: la generación digital tiene mucha experiencia en procesar información, dado que está acostumbrada a recibir mayor cantidad por diversos y simultáneos canales.

  2. Lenguaje: se alteran las formas del lenguaje en función de la urgencia y hasta de la intensidad, características más propias de la conversación cara a cara. Supone un lenguaje críptico, muy fonético, libre de reglas y, por lo tanto, de la ortografía.

  3. Comunidad: se agrupan personas diversas en torno a preferencias comunes. Los jóvenes usan la red como herramienta de sociabilidad, para estar en contacto con amigos (correo electrónico, mensajería instantánea) y para divertirse (búsqueda de información sobre sus intereses, intercambio de archivos musicales y audiovisuales). El tipo de sociabilidad que se ve en la red también ha sido clasificada en dos corrientes: “sociabilidad banal” (a menudo hiperlúdica) y “sociabilidad comprometida” (donde el interés acerca de un determinado tema es la característica más fuerte del intercambio)

  4. Interactividad: Esta palabra emblemática de los nuevos tiempos digitales es la madre de todas las novedades que habitan la ciber-cultura. Una de las últimas derivaciones han sido los llamados “blogs”, que nacieron como cuadernos de notas con formato de páginas web. En los Estados Unidos, el 48% de los autores de blogs son jóvenes menores de 30 años, según un estudio realizado a fines de 2005, donde ya se advierte que “una juventud que está adquiriendo la rutina de escribir información, reflexiones, ideas, en forma regular, puede ser una audiencia de los medios de comunicación muy diferente a la que estábamos acostumbrados”. Los medios de comunicación comerciales ya han acusado el impacto de esta nueva tendencia. En España, por ejemplo, los principales diarios ofrecen a algunos periodistas una paga extra a cambio de tener su propio blog dentro de la web del periódico. Pero el caso más extremo que se conoce hasta hoy es el de un portal informativo de Corea del Sur –un país con una prensa ultra conservadora- que fue el primero en comenzar a pagar las notas enviadas por sus lectores, previa valoración y chequeo de la información por parte de los editores. El portal -prácticamente un nodo de blogs- se llama OhMyNews, gestiona cada día unas 400 noticias y edita una revista semanal con la selección de las mejores notas recibidas.


La importancia de esta cultura impuesta por la generación digital puede ser apreciada en la Argentina a partir de otro dato: en dos años los accesos públicos de Internet (los llamados “cibers” o “locutorios”) pasaron de tener 950 mil usuarios a sumar 2,7 millones. “La principal razón de su uso es que se trata de la única opción de conexión para casi la mitad de los usuarios que los utilizan, aunque también se menciona que es más barato que otras alternativas a la vez que ofrece la posibilidad de usar banda ancha. Se trata de razones que evidencian que el tema de los cibers y locutorios no es una moda pasajera sino que forma parte de una opción real y de peso”, puntualiza el informe de la consultora Carrier y Asociados38.

De esta manera, los usuarios de la red intentan eludir el piquete que construyen -con tarifas cada vez más inaccesibles- empresas comoTelefónica.


Si la metáfora de la impotencia era para Bordieu un estadio vacío el símbolo de la potencia de estos cambios es un estadio repleto. Sucedió en abril de 2004, en Buenos Aires y en el Monumental de River Plate.

No una, sino dos noches seguidas.

Sin más publicidad que un breve anuncio en su página de Internet y la sólida red de un boca a boca zurcido con pasión, el grupo de rock La Renga demostró que otra forma de comunicación es posible. Así tuvieron que reconocerlo las crónicas publicadas al día siguiente:

La Renga tocó por segunda vez en el Monumental y superó la cantidad de gente presente en el debut: fueron 70 mil –unos dos mil llegaron en caravana desde el Obelisco– y el número, dada la realidad, parece no tener techo: gusten o no gusten a algunos, sean musicalmente “cuadrados” o no, sean virtuosos o no, el trío es un fenómeno social casi sin parangón cuyo prestigio fue ganado con una dignidad incontrastable: el boca a boca, la poca publicidad y esa sabiduría popular que pocos saben usufructuar como ellos. Un ejemplo elocuente es la manera de transmitir, por caso, la represión policial: a contramano de bajadas mediáticas y en pleno auge de peticiones de mano dura, 70 mil personas se deshicieron en insultos contra los palos y las balas que reprimieron al pueblo el 19 y 20 de diciembre de 2001: en las pantallas lindantes con el escenario, y mientras sonaba Hielasangre (“Vuelve al sitio donde estabas / deja tu puerta bien cerrada / no me toques, no me toques”), cada escena del video fue puntualmente silbada y cada frase de la canción, sencillas todas, puntillosamente cantada39”.
Vale, finalmente, recordar el título del álbum que presentaban: Detonador de sueños.

Del otro lado de la cordillera de los Andes, los sueños estallaron en junio de 2006 cuando 600.000 jóvenes estudiantes secundarios salieron a la calle para reclamar una educación que no estuviese sometida por el mercado. Por años, Chile se consideró un modelo de las órdenes dictadas por el Banco Mundial en su informe titulado “Las lecciones de la experiencia”, de 1994, donde diseñaba una serie de reformas destinadas a limitar la participación del Estado y fomentar la del sector privado con el claro fin de comercializar la educación. Fueron justamente esos alumnos de colegios privados, bautizados por la prensa comercial como “pinguinos” por sus uniformes con blaizer y corbata, quienes organizaron una protesta para denunciar ese sistema basado en “la reproducción de las desigualdades”, consagrado por una ley firmada el último día de mandato del dictador Augusto Pinochet. La agitación estudiantil sacudió la ciudad de Santiago de Chile durante tres semanas y contó con el apoyo de gremios y partidos. Y si bien su irrupción fue para muchos una sorpresa, quien haya tenido en cuenta los datos del padrón de votantes de la elección que en diciembre de 2005 coronó a Michelle Bachelet presidenta del país más neoliberal de Latinoamérica habrá podido apreciar de antemano esta fuga juvenil hacia otras formas de vida política: 1.8 millón de jóvenes no se inscribió en el padrón y rechazó el derecho a sufragar y los 260.000 jóvenes de entre 18 y 24 años que sí lo hicieron votaron mayoritariamente en blanco o anularon sus votos.

Apenas unos meses después, los pinguinos organizaron movilizaciones, tomas y paros a través de cadenas de correos electrónicos, mensajes de texto, contactos por Messenger, blogs y fotologs. Tal como lo definió una adolescente en uno de los blogs creados en esos días para comunicarse “La convocatoria es histórica porque no nace de un partido. Nace en Internet y es democrática porque hay cybercafés en todos lados. El arma es la red y allí los políticos vejetes no cachan lo que pasó. Ellos sólo la usan para mirar mujeres en bolas40”.


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