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Delegada para asuntos ambientales y agrarios


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4.3 FACTORES FORMADORES DEL SUELO

Los principales factores formadores del suelo se relacionan con condiciones bioclimaticas caracterizadas por temperaturas bajas (regimenes critico e isomésico de temperatura del suelo, el primero asociado con fenómenos periglaciales, páramo alto y el segundo, con alturas inferiores a 3.800 m.s.n.m), con precipitaciones menores (1000 – 1500 m), pueden estar en valores altos (cercanos o mayores a 3000 mm), y evapotranspiración baja, especialmente a mayores alturas donde las condiciones de niebla y alta humedad relativa sean frecuentes (vertientes mas húmedas).


La exposición de las vertientes tienen un papel predominante, especialmente en su relación con los regimenes de humedad del suelo, (ácuicos y údicosen las vertientes húmedas y ústicosen algunos enclaves y zonas particulares, especialmente en la Cordillera Oriental.
En cuanto a la temperatura, se destaca su influencia en tres zonas:


  • Zona Periglacial: Aproximadamente a los 4.000 m.s.n.m




  • Zona que define regimenes críticos sin dinámica periglacial entre 4.000 y 3.600 – 3.800 m.s.n.m




  • Por ultimo la zona con las condiciones isomésicas (entre 3.600/3.800 y 3.000 m.s.n.m)

La dinámica pedológica en estas tres zonas es característica y diferenciadora en cuanto a los suelos presentes. Los factores bioclimáticos ejercen su acción sobre los materiales que originan los suelos (rocas, sedimentos, piroclastos, materiales orgánicos), transformándolos (alteración, meteorización, intemperismo) y generando nuevos productos (minerales y/o materiales amorfos), compuestos (sales) o elementos en solución (iones).


En los páramos colombianos, sobre un sustrato geológico ígneo-metamórfico (Cordilleras Central y Occidental, Sierra Nevada de Santa Marta) o con amplia distribución de rocas sedimentarias (Cordillera Oriental), están ampliamente distribuidos los piroclastos y en especial las cenizas volcánicas de composición petrográfica intermedia. Se establece así un comportamiento muy específico de los suelos derivados de ellas.

Fórmula del suelo según H. Jenny (1941):

  • Material parental---------material pasivo

  • clima------------------------material activo

  • tiempo----------------------material neutro

  • biota u organismos------material activo

  • relieve----------------------material pasivo





Figura 5 Distribución idealizada de los principales suelos y de sus condiciones geográficas en los paramos Colombianos. (Rangel, 2000)



Figura 6 Modelo Conceptual sobre génesis de suelos y sus relaciones taxonómicas y de aplicación práctica (Clasificaciones Interpretativas), (Rangel, 2000).


Horizontes del Suelo:

Estos horizontes se nombran con las letras A, B y C, con distintas subdivisiones: A0, A1, etc. 

Sus características son: 


  • el horizonte A0 es el más superficial y en él se acumulan hojas, restos de plantas muertas, de animales, etc. 

  • el horizonte A acumula el humus por lo que su color es muy oscuro. El agua de lluvia lo atraviesa, disolviendo y arrastrando hacia abajo iones y otras moléculas. A esta acción se le llama lavado del suelo y es mayor cuando la pluviosidad es alta y la capacidad de retención de iones del suelo es baja (suelos poco arcillosos). En los climas áridos el lavado puede ser ascendente, cuando la evaporación retira agua de la parte alta del suelo, lo que provoca la llegada de sales a la superficie (salinización del suelo). 

  • el horizonte B acumula los materiales que proceden del A. 

  • el horizonte C está formado por la roca madre más o menos disgregada. 

(Libro Electrónico: Ciencias de la Tierra y del Medio Ambiente en la página Web: http://www.tecnun.es/asignaturas/ecologia/Hipertexto/05PrinEcos/110Suelo.htm. 2007).



Figura 7 Horizonte – Perfiles del Suelo (Libro Electrónico: Ciencias de La Tierra y del Medio Ambiente, 2007)

4.4 ESPECIES DE FAUNA Y FLORA DE LOS PARAMOS COLOMBIANOS Y PRODUCTIVIDAD PRIMARIA BRUTA –PPB

4.4.1 FLORA


Las primeras conjeturas de la existencia de vegetación de páramos aparecen en el Plioceno, hace varios millones de años. Era pobre en especies, y aunque los páramos nacieron como “islas” de clima frío rodeadas por vegetación neotropical con el tiempo entran nuevos elementos por evolución adaptativa de la flora neotropical o por inmigración y sucesiva evolucion adaptativa desde la region holártica o austral-antártica, este proceso continuó por todo el Pleistoceno, conduciendo a una competencia mayor de especies y diferenciación de tipos de vegetación. Resultando en una flora cada vez mas rica en “taxa” y en elementos especializados (Van der Hammen 1979).

Debido a las condiciones edáficas y climáticas de la región paramuna, este se caracteriza por la presencia de arbustos y árboles de alturas menores de 3m y crecimiento exponencialmente lento, a comparación de otros biomas del país

Algunos elementos vegetales característicos de estos ecosistemas son Calamagrostis effusa, Calamagrostis recta, y frailejones de los géneros Espeletia sin embargo investigadores como el profesor Orlando Rangel describen que en la región paramuna de Colombia se presentan los mayores valores de diversificación y en comparación con las cifras totales para toda la región según grupos se expresa así: espermatófitos (62%), Musgos (85%), hepáticas (96%), líquenes (77%) y helechos (98%).

Rangel (2000) mencionó la presencia de 5168 especies en la gran región del páramo, de las cuales las más diversificadas eran: Asteraceae (141 géneros/1165 especies); Orchidaceae (60/661) y Poaceae (56/292). Los géneros más diversificados eran Espeletia (133) Epidendrum y Miconia (116).

Así mismo, Rangel (2000) también señala que en la zona de transición o ecotonía altoandina-subpáramo se encuentran el mayor número de especies: 2384, en 486 géneros y 115 familias. En segundo lugar y por importancia numérica, están el subpáramo, con 1958 especies en 415 géneros y 102 familias, y la franja del páramo medio, con 1575 especies en 361 géneros y 90 familias. La franja más pobre es el superpármo, con 443 especies en 136 géneros y 42 familias.




Calamagrostis effusa

Espeletia pycnophylla mirar bien la especie de este frailejón
Foto 1. Foto 2.




Foto 3. Pernettya próstata Foto 4. Lachemilla hispidula 

4.4.2 FAUNA


Mamíferos: Del páramo colombiano se tienen registros de 21 familias, 46 géneros y 70 especies; entre las especies más llamativas, figuran: Tremarctos ornatus (oso de anteojos), Odocoileus virginianus (venado), Mazama americana (venado), Sylvilagus brasiliensis (conejo de páramo), Agouti taczanowiski (borugo de páramo), Olallamys albicauda (conococo de los chuscales) y Diplomys rufodorsalis (conococo) (Muñoz et al., 2000; en Rangel, 2000).

Aves: Hay registros de 31 familias, 84 géneros y 154 especies, entre las cuales se encuentran Oxyura jamaicensis (pato), Uropsalis segmentata, Conirostrum cinereum, Leptasthenura andicola (siete colas), Buthraupis wetmorei y a Urothraupis stolzmanni (saltarín enano) (Delgado & Rangel, 2000; en Rangel, 2002).

Reptiles: Se encontraron registros de 15 especies de reptiles, agrupadas así: 11 lagartos (3 familias) y 4 serpientes (1 familia). Entre los elementos más comunes aparecen Liophis epinephelus y Anadia sp. (Castaño et al.; en Rangel, 2002).

Anfibios: Hay registros de 90 especies; el orden Caudata tiene 1 familia, 1 género y 3 especies y Anura 5 familias, 11 géneros y 87 especies. Entre los elementos más representativos aparecen Osornophryne bufonifromis, Osornophryne percrassa, Atelopus ebenoides, Eleutherodactylus boulengeri y Hylopsis buckleyi (Ardila & Acosta, 2000; en Rangel, 2002).

Las fotos 5 a la 9 fuero tomas del libro “Colombia Diversidad Biotica III – La Vida en la Región Paramuna” de Orlando Rangel – Universidad Nacional de Colombia, 2000. Las fotos 10 y 11 corresponden a otros investigadores del ecosistema de páramo.





Foto 5. Atelophus eusebianus (Pareja aplaxante) Foto 6. Eleutherodactylus elegans



Foto 7 Stenocerphus Trachyceptalus Foto 8. Caenoleste fuliginosus



Foto 8. Phenacosaurus heterodermus Foto 9. Histitotis montanus



Foto 10. Oxyura jamaicensis. Foto 11. Odocoileus virginianus. (Fuente: En la pagina (Fuente: Cuellar Moyano, F. 2005) de Internet. www.theazaleaworks.com/ imageacc.htm)

Por otra parte el factor de la Productividad Primaria Bruta –PPB-, que es la velocidad total de la fotosíntesis e incluye la energía consumida por las plantas, es un ítem de suma importancia en este ecosistema y es llevada al máximo por la naturaleza. Sin embargo, casi ninguna trasformación física en el planeta resulta ya ajena a la intervención humana. Los suelos de los páramos también han sido, en alguna medida, creación humana. De ahí que la productividad bruta y neta de estos ecosistemas este siendo modificada mediante la agricultura. Aunque resulta difícil estimar cuánta podría ser, o haber sido, la PPB, sin la intervención humana, tampoco sabemos, en el caso de los páramos, si la Productividad Primaria Neta -PPN- pudiera ser incrementada por los seres humanos mediante la agricultura. (Rondon, Marco Antonio. Ph.D., 1999)


Aún así, la sabiduría de los habitantes del páramo para obtener una productividad mayor, aprovechando la fotosíntesis, puede ser grande. Podría haber externalidades positivas dado un tipo de intervención humana respecto de otras. Podría, en este caso, compararse más bien la HAPPN (Human Apropiation of Net Primary Production) de diferentes tipos de intervención, por ejemplo agroecológica versus convencional (Rondón, Marco Antonio. Ph.D., 1999).
La apropiación humana del páramo se determina a través de cómo el paisaje de este ecosistema se muestran hoy, y que esta configuración espacial no es producto exclusivo de las fuerzas de la naturaleza. Es también fruto de procesos antrópicos.
Los pueblos de América transitan esos parajes desde hace ya más de 30.000 años. Su paso ha ido dejando huellas en el paisaje allí la fotosíntesis, como otros procesos químico-físico-bióticos, ya están mediados por la presencia humana. La energía acumulada en los suelos de alto contenido orgánico y hasta la energía potencial del agua que allí se acumula, y que se aprovecha para generar energía eléctrica, tienen una relación directa con la energía solar que se introduce al ecosistema y que encuentra la mediación de paisajes históricamente constituidos. A esta presencia humana hace referencia la dificultad hallada para estimar la productividad marginal de los humedales separando el efecto del esfuerzo humano de la productividad intrínseca del humedal (IDEAM.1999).
Cabe anotar que estudios reportados como el estudio Estado Actual de los Biomas de Colombia (modificado por Etter, 1993), citado por Márquez, donde se establece que los páramos colombianos están relativamente bien conservados. La extensión de los páramos en Colombia se calcula en 18.000 Km2.
En el estudio realizado con sensores remotos da cuenta de la fisonomía del ecosistema, que en el caso de los páramos y otros ecosistemas xerofíticos, se recupera después de alteraciones, pero no da cuenta de los cambios en su estructura, que como seguramente se aprecia en el terreno ha sido sometida a explotación minera, tala, quema y pastoreo y a la presencia de nuevos asentamientos humanos que traen alteraciones concomitantes. (Etter & Maquez. 1993)


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