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Con Don Bosco al encuentro de Cristo


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DE LA VIDA ETERNA


MONICIÓN DE AMBIENTACIÓN
En este martes del “Novenario de Martes a San Juan Bosco” recordemos cómo San Juan Bosco pensaba y hacía pensar constantemente a sus muchachos en el paraíso (MB 2, 127-28; 3, 62, 450; 5, 394-95; 6, 337. 653-66; 7,35.78; 8, 381; 9, 524; 10, 104; 11, 513; 13, 678; 17, 34-35.422; 18, 99).

Muchas veces le preguntaban a San Juan Bosco ¿a dónde va Don Bosco? Y él contestaba: “al cielo”.
En medio del cansancio y de los problemas exclamaba:

  • Un pedacito de cielo lo arregla todo (MB 444).

  • En los sufrimientos y en las penas no hay que olvidar nunca que nos espera un gran premio en el paraíso (MB 6,442).

  • Las tribulaciones de esta vida sirven para avivar más en nosotros el deseo del paraíso (MB 8,774).

  • Lo que sostiene nuestra paciencia es la esperanza en el premio futuro (MB 12,458).

  • Cueste lo que cueste, Dios no será nunca demasiado caro (MB 13,393).

  • Iremos a descansar al paraíso (MB 7,414).


Para él, pensar en el cielo era fundamental para cualquier hombre y decía:

  • El mundo está lleno de gente tonta y de gente inteligente. La gente inteligente es la que trabaja y sufre por ganarse el cielo; la gente tonta vive su vida sin pensar en la eternidad (MB 8,19-20).

  • Caminen con los pies en la tierra pero teniendo la mirada y el corazón en el cielo (MB 8,774)

  • Si el pensamiento del infierno nos asusta, la esperanza del cielo en donde se gozan todos los bienes nos llena de consuelo (Escritos de Don Bosco BAC 675).


Y constantemente hablaba de lo que podía servir para ir a cielo o “salvar el ama” y decía por ejemplo:

  • El apego a las cosas de la tierra disminuye y ahoga el deseo por las cosas del cielo (MB 8,774).

  • Si quieren ustedes perseverar en el camino del cielo, les recomiendo tres cosas: acérquense con frecuencia al Sacramento de la Penitencia, reciban la Comunión, escojan un confesor a quien puedan abrirle el corazón y no lo cambien sin necesidad (MB 5,145)

  • Si se juntan ustedes con buenas amistades, de seguro llegarán con ellos al paraíso, pero si se juntan con malos amigos, de seguro terminarán ustedes por perder su alma (Escritos de Don Bosco BAC 683).

Hoy pues, San Juan Bosco nos invita en este mundo de lucha a pensar en la corona del cielo reservada a los que pelean el buen combate de Dios.
ACTO PENITENCIAL

  • Por las veces en que nos hemos apegado a las cosas de esta tierra olvidando las del cielo, Señor, ten piedad

  • Por las veces en que nos hemos fijado más en la cruz que en el gozo de haber amado, Cristo, ten piedad.

  • Por las veces en que algunos cristianos hablan más del infierno que del cielo, Señor, ten piedad.


COLECTA

Señor Dios, que nos has reunido para decirnos que nos amas y que quieres oír nuestra respuesta de amor, haz que el pensamiento de poder un día verte cara a cara y gozar de ti y no sólo de las cosas que has creado, nos llene de una alegría que nadie nos pueda quitar ni empañar. Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo que…
LITURGIA DE LA PALABRA

1.-Rom 8,18-24
2.-Salmo

G.-Tengo sed de Ti, Dios mío, ¿cuándo podré ver tu rostro?

a.-¡Qué delicia es estar en tu casa, Señor, Dios del universo! ¡Mi alma se muere de ganas de estar en tus atrios!

G.-Tengo sed de Ti, Dios mío, ¿cuándo podré ver tu rostro?

a.-¡Mi corazón y mi ser entero lanzan gritos de gozo por Ti, Dios de la vida! Cerca de tus altares, Señor del universo, hasta el gorrión encuentra una casa y la golondrina un nido donde poner sus polluelos.

G.-Tengo sed de Ti, Dios mío, ¿cuándo podré ver tu rostro?

a.-Rey mío y Dios mío, ¡dichosos los que ya viven en tu casa cantando siempre tus alabanzas! ¡Dichosos también los que en Ti encuentran fuerza y ánimo para ir en peregrinación hacia allá!



G.-Tengo sed de Ti, Dios mío, ¿cuándo podré ver tu rostro?

a.-¡Tú jamás niegas tus bienes a los que van peregrinando hacia Ti sin hacer el mal! ¡Señor del universo, dichoso el hombre que en Ti tiene su esperanza!



G.-Tengo sed de Ti, Dios mío, ¿cuándo podré ver tu rostro?
3.-Aleluya

¡Padre, te he glorificado en la tierra, ahora glorifícame Tú a Mí!
4.-Evangelio: Jn 17,24-26
ORACION DE LOS FIELES

P.-Presentémosle a Dios nuestras peticiones, respondamos después de cada invocación: “Escúchanos, Padre


  • Que nuestras penas y sufrimientos se hagan más llevaderos al pensar que en el cielo ya no las tendremos

  • Que nuestras alegrías se hagan más profundas al pensar que están llamadas a hacerse eternas en el cielo

  • Que nuestros esfuerzos y trabajos por hacer el bien queden fortalecidos al pensar en la corona que recibiremos en el cielo

  • Que en las tentaciones el pensamiento del cielo nos ayude a vencer el mal

  • Que no nos cansemos nunca de decirte que te amamos y que queremos verte cara a cara

  • Que los moribundos no se detengan en el dolor de sus pecados, sino en el deseo de llegar ya con Dios, cuyo encuentro es siempre un regalo de su misericordia


OFERTORIO

Recibe, Señor, junto con este pan y este vino, no tanto el sufrimiento sino el amor que pusimos en lo que hemos hecho y transfórmalo en la ofrenda de amor de tu Hijo para que sirva para la salvación del mundo y para nuestra felicidad eterna.
COMUNION

Señor Dios, que nos invitaste hoy al banquete de tu Hijo en esta tierra, haz que participemos un día del banquete eterno que nos tienes preparado con El en el cielo. Por Cristo nuestro Señor.


NOVENARIO DE MARTES A SAN JUAN BOSCO

SAN JUAN BOSCO NOS INVITA A A VIVIR LA ESPERANZA DE LA VIDA ETERNA
Oh San Juan Bosco, que tuviste siempre los pies en la tierra pero el corazón en el cielo, ayúdanos con tu palabra y tu ejemplo a vivir con la mirada puesta donde está Cristo Resucitado.

Espíritu Santo, que con tu gracia sepamos alegrarnos porque nuestro nombre está escrito en el Reino de los Cielos y no estar fijándonos continuamente en la cruz que tenemos que cargar para llegar a la resurrección, que no nos detengamos en contar las espinas que se nos encajan en el camino; que en el dolor y en los apuros exclamemos: ¡un poco, no más, y te veremos, oh Cristo!

Señor Jesús, si levantado en la cruz atrajiste nuestra mirada a tu amor, haz que levantado a la derecha de Dios, atraigas nuestro ser entero a tu gloria. Que no nos apeguemos a las cosas de este mundo, para que no nos dificulten desear las cosas del cielo; que el amor a los demás no nos impida decirle a Papá Dios: ¡no hay Dios fuera de Ti; a Ti es el que busco desde el amanecer!

Que en todo momento sepamos decir como San Juan Bosco: ¡un pedacito de cielo lo arregla todo!

Autor: P. Alfonso Diez de Sollano
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