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1. estudios arabes-islámicos contemporáneos -“Posición Hegemónica Norteamericana y la Imposición de la Democracia en Irak en beneficio particular para el país del norte”


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CUADERNOS DE ESTUDIOS ARABES

PRIMER SEMESTRE DE 2006

(Edición a cargo de Rodrigo Karmy)


1.- ESTUDIOS ARABES-ISLÁMICOS CONTEMPORÁNEOS
-“Posición Hegemónica Norteamericana y la Imposición de la Democracia en Irak en beneficio particular para el país del norte” por Juan Eduardo Valenzuela…………………………………………………………………………………Pág. 2.
-“Sobre el “Choque de Civilizaciones”: geografía, discurso, poder” por Kamal Cumsille……………………………………………………………………………………Pág. 10.
- “La exigencia de la cuestión palestina” por Rodrigo Karmy………………………….Pág. 19.
-“Tanzimat en el Imperio Otomano: reflejo de las revoluciones europeas en el mundo islámico” por Sebastián Salinas…………………………………………………………Pág. 29.
2.- ESTUDIOS ARABES-ISLÁMICOS CLÁSICOS
-“Argel y Miguel de Cervantes Saavedra” por Adriana Arraigada…………………….Pág. 43.
-“Desde la escritura: imágenes y representaciones del Islam y los musulmanes” por Claudia Andrade, Angela Aspillaga, Carolina Brown, Francisco de Torres, Hugo Hinojosa, Daniela Picón y David Villagrán…………………………………………………………………………Pág. 82.

-“La mancha” de Don Quijote: el trasfondo islámico” por Fernando de Torres…………………………..………………………………………………………….Pág. 99.
-“Tres testimonios sobre las ruinas” por Daniela Picón………………………………..Pág. 126

POSICION HEGEMONICA NORTEAMERICANA Y LA IMPOSICION DE LA DEMOCRACIA EN IRAK, BENEFICIO PARTICULAR PARA EL PAIS DEL NORTE”


Juan Eduardo Valenzuela
Evolución Histórica
Desde la primera guerra mundial, Estados Unidos ha jugado un papel determinante en las relaciones internacionales. El triunfo de los aliados en la segunda guerra mundial, llevó a dividir el mundo en tres grandes bloques1, los países del este, bajo la ideología propugnada por la Unión Soviética; lo occidental o países capitalistas, bajo la consigna norteamericana y los países no alineados, destacándose dentro de ellos el “mundo árabe”. Esta misma lucha por la supremacía y/o equilibrio entre las primeras dos grandes potencias llevó a desarrollar el concepto de Guerra Fría, acuñado en 1947.

Los conflictos bélicos de la periferia, fueron una constante, durante el reinado de la guerra fría. Distintas causas fueron las detonantes de los mencionados conflictos, pero su raíz radicaba, sin embargo, en la confrontación entre Este – Oeste. Sin embargo, ante la inalcanzable carrera armamentista llevada por EE.UU. y la U.R.S.S. esta última colapsó, dando paso a la explosión de 17 naciones, en busca de su independencia.

Estados Unidos por su parte, se perfila como la única nación de dominio uni-multipolar, con la intención de promover una cultura occidental universal2, incluyendo en este término, la acepción de poliarquía usada por el politólogo Robert Dahl3, como concepto de democracia, donde es interesante rescatar el capitalismo como modelo económico y el concepto de liberalismo, enfrentando distintas culturas, frente a su rol hegemónico. Lo precedente, agravado por el hecho de los atentados sufridos en el World Trade Center en el año 2001, donde EE.UU. asume un papel de ordenador y supervisor del sistema de seguridad mundial antiterrorista4.

Numerosos teóricos han señalado tal o cual causa a concitado tan alto interés por estar en la cúspide del poder internacional. La intención por dominar el concierto global por parte de Estados Unidos, ha sido encubierta por la correcta posición política, escondiendo bajo declaraciones de lucha por la democracia, justicia, igualdad y libertad, sus verdaderos propósitos. Entre ellos Noam Chomsky señala, por ejemplo, que el apoyo de la invasión a Indonesia en 1975 fue por los riquísimos yacimientos petroleros de Timor5.

Nace la necesidad, entonces, por responder a interrogantes claves para entender el dominio de Estados Unidos en el acontecer internacional. ¿Cuál es el beneficio final de Norteamérica por intentar, constantemente, imponer su “cultura”?¿Es justo, intentar moldear a una región, conforme a “mis necesidades”, sin tomar en cuenta “su cultura”?¿El beneficio particular de una nación, debe costar la postergación de una región? Encontrar respuestas a estas interrogantes, podría clarificar un observatorio plagado de dudas.

La concepción neorrealista señala que “un estado colabora o coopera con un congénere, siempre y cuando, esta colaboración le resultase beneficiosa para su cometido6”. Es decir, la teoría neorrealista revela que la intención de un Estado en la relación con otro radica esencialmente en la intención del uno por sobre el otro. Cualquier determinación que este resuelva estará radicada en su incumbencia por sobre la de su contraparte. Desde esta definición teórica, se propone entonces la contraposición del “discurso norteamericano” que tiene aspectos del idealismo (cooperación con el pueblo Iraquí para sacarlo de la opresión en que vivían bajo Sadam Hussein, la misión por la democracia y los DDHH) con la práctica del realismo (región estratégica para los intereses norteamericanos, el petróleo). Para iniciar el desarrollo del presente trabajo, comenzaremos por determinar la presencia de Estados Unidos en Irak.




Estados unidos y su presencia en Irak
Desde la perspectiva teórica neorrealista, el presente trabajo pretende determinar la significancia de la imposición del modelo cultural (léase modelo poliárquico7) de Estados Unidos, en países donde este posee intereses económicos. Estados Unidos impone su cultura, en países de su interés, sin tomar en cuenta su historia y particularidad de estos, con la intención de obtener el completo dominio, para su beneficio. La última “guerra” e invasión de Irak deja de manifiesto tal aseveración, al reconocer la información falsa referida a este tema, emanada por la Casa Blanca8. No podemos dejar de lado esta afirmación. Hay que recordar que el Presidente Bush insta a la coalición internacional a atacar a Afganistán e invadir a Irak, debido esencialmente a que estos países eran un enclave terrorista e Irak, un poseedor de armas de destrucción masiva9. Luego, como esta dicho anteriormente, la Casa Blanca desmiente el hecho que Irak posea armas de destrucción masiva.

Sin embargo, la coalición, con su máximo representante, Estados Unidos, convocan a elecciones democráticas para Enero del presente año, una vez encontrado Saddam Hussein, y logrando una cierta estabilidad en Irak10. Democracia en el mundo islámico. Parece una paradoja, debido esencialmente a que el mundo islámico no entiende el gobierno sin la separación de la religión y su vida pública y particular bajo la supervisión de la Sharia, pero eso es lo que pretende Estados Unidos en la región. Ante tal intervención política, la primera duda que tiene un observador es ¿es posible una democracia en una cultura completamente diferente para la cual está concebida o donde se originó?


Elementos diferenciadores del Islam y la democracia (en su concepto de poliarquía)
Para comenzar con este recuento de elementos diferenciadores, es necesario remitirse en una primera instancia, y por lo demás obligatoria, en que el Islam no cuenta con la separación Iglesia- Estado11 (donde la iglesia se entiende como religión y no como una institución. Sería mejor considerar el hecho de la separación religión- estado, pero para remitirnos a los conceptos occidentales, el autor estima utilizar estos términos para un mejor entendimiento de la temática) Una de las principales dinámicas de la democracia esta anclada en la separación de lo público de lo privado, donde, tal como lo enuncia la democracia y principalmente la norteamericana, el interés del bien común12 está por sobre el interés individual. Los intereses del mancomunado social, pasarían entonces a involucrarse con los intereses del ente religioso. Tal y como el occidente conceptualiza a la Iglesia, existiría entonces una serie de conflictos (como el uso del preservativo, la educación sexual, que siendo soluciones de salud pública, se discuten bajo el alero de la moralidad) con las distintas orientaciones de las políticas públicas. He ahí un primer conflicto.

Un segundo conflicto, o bien, otro elemento diferenciador, estaría depositado en el tema legislativo. En el Islam se legisla por la Sharia, que significa camino, sendero vía. Este elemento de jurisprudencia abarca la acción social, religiosa, familiar y el derecho penal del musulmán13. Este elemento descansa en lo “revelado” al Profeta Mahoma en El Corán, por lo tanto, se transforma en un elemento de fe y no en un acto de consenso traslapado14, como lo exige la democracia hoy en día. La justicia forma parte del proceso de toma de decisiones de los hombres vinculados al aparataje gubernamental y religioso. En el Islam, nuevamente, no existe la separación de poderes.

Enfrentaremos ahora las instituciones de la poliarquía y su “par” en el Islam. Funcionarios electos, estos funcionarios son parte del Estado y se eligen en elecciones públicas, así es como lo entendemos en la democracia occidental. La sucesión de los poderes, sobre todo en Irak, donde la mayoría es Shií15, proviene de la sucesión del Profeta, por lo tanto, su elección será “de la descendencia de Mahoma”. En este concepto caben también las instituciones de las elecciones libres e imparciales, sufragio inclusivo y el derecho a ocupar cargos públicos. Si bien antes de la invasión Irak era gobernado por el partido Baath16, Saddam Hussein acudió varias veces a la concepción religiosa para cometer una serie de abusos personales, uno de ellos fue la “limpieza religiosa”, acción que consistió en despojar a los shiíes de sus propiedades y ejecutar a sus dirigentes17. Lo importante de considerar en la presente investigación, es el recurso religioso como elemento de conducción social en Irak. Difícilmente un gobierno laico será capaz de conducir al país sin recurrir a esta herramienta populista18 y aglutinadora.

La libertad de expresión es un elemento digno de considerar y de analizar por separado. Difícilmente se puede considerar una total libertad de expresión donde la mujer sigue siendo tratada como una persona de segundo orden19. En el presente trabajo no se pretende criticar la falta de integración femenina, muy por el contrario, el tema radica en que esta falta de integración radica en un tema cultural. Por lo tanto, el tema de la libertad de expresión afecta al 49,44%20 de la población. El problema es un tema cultural, donde la imposibilidad de manifestar sus intereses para la mitad de la población es un cuestionamiento importante al sistema de vida.

Con respecto a las fuentes de información, durante el período de gobierno de Saddam Hussein, su sistema fue dictatorial, por ende, las fuentes de información no eran variadas21. Una vez invadido por Estados Unidos, la situación no debiese haber cambiado, al estar sometidos a periodos de excepción, productos del mismo conflicto bélico. Nuevamente el tema religioso entra al proceder. En un gobierno teocrático22 difícilmente se podrá tener acceso a fuentes de información variadas, que no entren en conflicto con la religión. Irak es un país religioso, que no responde a los cánones de separación de los poderes públicos y clericales. La información obedecerá primeros a los principios islámicos y luego a las necesidades de información.

La autonomía asociativa tiende a la obtención o defensa de los derechos. En un país ,o mejor dicho, en una cultura donde la legislación radica en la fe, los derechos son asumidos como parte de la formación religiosa y de ella deriva. Por lo tanto, el acceso a ellos depende del comportamiento del fiel y su lealtad a las escrituras. Imponer la defensa de una persona que ha atentado contra el Islam es difícil. Se tendrá que actuar en contra de los textos sagrados. ¿Será este hecho posible?

Cada una de las instituciones propuestas por Robert Dahl han sido analizadas y confrontadas con el pensamiento islámico. Imponer un sistema político que tiende a cambiar la cultura es un hecho sumamente difícil. Agrava lo anterior, el hecho de imponerlo a la fuerza. La democracia se enmarca en instituciones que se basan en la independencia de los electores. En un país islámico, la suerte anterior se encuentra con serias dificultades. No por el hecho de que los musulmanes estén privados de la libertad, de hecho no es así. Se ve dificultada la democracia por el hecho de que nunca el musulmán deja de estar comprometido con su religión y de velar por los principios que ella proclama. Vive y piensa por el Islam y más aún, si desvía su camino, es sancionado penal y religiosamente por los principios islámicos. El compromiso es permanente y de por vida.
¿Cuál es el real interés norteamericano?
Para referirnos a este punto, es necesario poder enunciar un hecho. “Los datos estadísticos indican que consume 20 millones de barriles de petróleo al año, de los cuales la mitad es importado. En 20 años esto va a crecer al 70 u 80%. Norteamérica dependerá de la importación de petróleo. En los últimos 15 años, la demanda de petróleo en Estados Unidos se ha multiplicado por tres e irá creciendo en progresión geométrica. Necesitan mayores fuentes de energía. Esto ha sido reconocido por las propias autoridades norteamericanas, por el vicepresidente y el secretario de energía. Ante la necesidad de garantizar el abastecimiento de energía, no les queda otra que intervenir en una zona rica, que almacena las dos terceras partes del petróleo mundial”23. Desde este punto de vista, es difícil poder determinar otras causas. Noam Chomsky24 señala que “la descripción convencional de la política estadounidense es que esta se guía por la protección de intereses nacionales, que en Oriente medio, tienen tres componentes fundamentales:


  1. el gran temor al dominio soviético en la región y a la confrontación militar

  2. el acceso al petróleo

  3. la seguridad de Israel.

Dentro de los puntos anteriores podemos decir que el acceso se refiere al control del petróleo, y el temor a la Unión Soviética se traduce en el temor e una potencia ajena a sus intereses.

Estados Unidos demuestra un interés económico como estratégico en las tierras del Medio Oriente. Irak se encuentra ubicado en una región geográfica altamente valiosa. Ubicado entre el Golfo pérsico y el Mar Mediterráneo, su posición se establece como puente para el transporte de una serie de elementos, destacándose dentro de ellos, evidentemente, el petróleo. La producción de petróleo de Irak y sus vecinos es una alta recompensa para Estados Unidos, quien cada día necesita más de este mineral.


¿Por qué no la democracia en Arabia Saudita?
Arabia Saudita, país productor de petróleo y con una posición geoestratégica de vital importancia para los intereses norteamericanos, se mantiene aún con un régimen monárquico25. Aliada permanente de los Estados Unidos, se ha perfilado como uno de los elementos en contra de su política de seguridad. Arabia Saudita se mantiene como un régimen no democrático. Estados Unidos en su afán de llevar la democracia a todos los confines del mundo ¿Por qué no ha ido con ella a este país árabe?

Eugenio Chahuán manifiesta que “afianzando el dominio político y económico sobre Irak tras la instauración de un gobierno favorable a su estrategia, EE.UU. podría impulsar un cambio político en el interior de Arabia Saudí”26. Lo presentado por Chahuán deja de manifiesto lo siguiente: hasta el momento, Arabia Saudita se ha mantenido como un aliado norteamericano, sin embrago, demuestra componentes contraproducentes a su política antiterrorista27. Este argumento afecta las intenciones norteamericanas de eliminar la amenaza terrorista. Arabia Saudí ha sido un aliado, pero, una vez establecida la hegemonía de los intereses norteamericanos en la región, verá afectada su estabilidad para con este. Además, el mismo autor plantea el papel instigador que ha cumplido Arabia Saudita en cuanto a su función como país que pregona la postura conservadora islámica del wahhabismo28. Lo anterior, extrema los elementos que juegan en contra de este país del Medio- Oriente como un objetivo estratégico norteamericano.


Conclusiones
Estados Unidos es un país que necesita del petróleo para su subsistencia. La región del Medio Oriente presenta las mayores reservas del mundo en cuanto al crudo existente. Cuando se dio inicio al presente trabajo, se plantearon una serie de preguntas que radicaban en la imposición del modelo político norteamericano en un país con una cultura completamente diferente. Irak posee una estructura societaria radicalmente distinta a Norteamérica. Comenzando con su religión, hecho que es de suma importancia para la imposición de un modelo político. La teoría neorrealista plantea que “un país privilegiara sus intereses particulares por sobre el otro”. Eso es lo que justamente pasa en la relación Estados Unidos- Irak. Un país dependiente del petróleo necesita poseer un dominio que asegure el aprovisionamiento de este vital combustible. El costo, modificar completamente una cultura que ha demandado una serie de muertos, saqueos, pérdida importante de la historia, etc. es decir, el interés norteamericano esta por sobre la realidad iraquí. La mirada neorrealista manifiesta el beneficio unilateral. Si damos una mirada por la realidad iraquí de hoy, nos damos cuenta que es un país con una permanente inestabilidad y un cobro diario de un numero indeterminado de muertos. ¿Cuál ha sido hasta hoy el beneficio para Irak? La imposición de la democracia ha llevado todavía a una permanente disputa por los poderes y rechazo a la invasión norteamericana29. Secuestros de extranjeros, disputas tribales, es el panorama de hoy. La débil democracia se parece más a la definición de estados débiles propugnada por Fukuyama30 que a una solución política.

El beneficio económico ha sido para Estados Unidos. Hay una fuerte presencia en la región y se perfila como el país bélico más poderoso hoy en día. La teoría apunta hoy a la realidad y deja de manifiesto la pérdida de identidad iraquí por la imposición del modelo norteamericano, con beneficios exclusivamente para este país.



SOBRE EL CHOQUE DE CIVILIZACIONES: GEOGRAFÍA, DISCURSO Y PODER31
Kamal Cumsille M.

Universidad de Chile



Entidad múltiple y definiciones múltiples que, estemos de acuerdo o no con ellas, no han evitado que los términos Occidente y Oriente hayan sido prostituidos, repetidos sin interrupción y utilizados, en muchas ocasiones, en contextos totalmente confusos, generando de esta manera imágenes estereotipadas de uno mismo y de los otros.

Mohammed Nour Eddine Affaya, Occidente en el pensamiento árabe moderno32.


Oriente y Occidente señalan fronteras, configuran imaginarios y protagonizan conflictos. Denotan la división del mundo en dos mitades, erigiendo una frontera mental que crea y recrea identidades, muchas veces negativas, en cuyo nombre se han llevado a cabo gran parte de las guerras que la historia ha conocido. Numerosas interpretaciones sugieren que, históricamente ha existido una especie de “dialéctica identitaria” que, desde las cruzadas confronta a Oriente y Occidente, en la cual, siendo escasos los momentos de comprensión y reconocimiento, ha predominado la dinámica de conflicto, la mayoría de las veces, bélico. En consecuencia, comprender la alteridad entre lo que se llama el Oriente árabe y Occidente, significa comprender que se trata de relaciones de poder. Pues la alteridad supone identidad, esto es, una identificación y una diferenciación, provenientes de articulaciones discursivas que obedecen, en cada momento de la historia, a estrategias diversas, y que producen efectos de poder, también diversos. Sin embargo, lo que aquí prendemos, es trascender el problema de la identidad y la alteridad, y situarnos en el terreno de una analítica del poder, lo que significa pensar políticamente unas realidades que se nos presentan como conflictos culturales, en lugar de pensar la dinámica política en una dimensión cultural. A este respecto, se nos plantean dos preguntas: la primera, ¿Por qué hablar de Oriente y Occidente?; la segunda, ¿En qué consisten estas relaciones de poder, y cómo hacer un análisis acertado de ellas?

Lo que en líneas generales queremos sugerir es que: en primer lugar, Oriente y Occidente son dos categorías totalizantes, y cuya utilización nos impide la comprensión de realidades culturales bastante diversas y complejas, y en consecuencia, nos sume en la ignorancia acerca de nosotros mismos como de nuestros muchos “otros”. En segundo lugar, la díada Oriente y Occidente obedece a estrategias de dominación bastante materiales y plausibles en el curso de la historia, en cuyos discursos se utiliza la diferenciación como estrategia con efectos de poder esperados - como también inesperados -, y que, a la vez, inducen una lectura de estas relaciones, que nos aleja de la posibilidad de comprender sus objetivos. En pocas palabras, Oriente y Occidente son dos categorías que analíticamente no nos dicen nada, pero que políticamente producen mucho.


Sobre el choque de civilizaciones
¿Por qué Oriente y Occidente? Probablemente el tema así planteado, retomó su relevancia política y mediática, a partir de ciertos hechos, como el tan manoseado 11 de septiembre de 2001, y las guerras y atentados que le han sucedido: Afganistán, Iraq, Madrid, Londres, Amman, entre otros. Estos hechos, han sacralizado la idea de un presunto choque de civilizaciones planteada por Samuel Huntington en su artículo de 1993 a modo de hipótesis en el marco de un proyecto del Olin Institute acerca de “Cambios en el entorno de seguridad e intereses nacionales estadounidenses”. Tras los atentados, la gran mayoría de los comentaristas entrevistados en medios nacionales e internacionales, no dudó en corroborar la hipótesis de Huntington en el sentido que, efectivamente estamos en presencia de un choque de civilizaciones33. Por lo tanto, es necesario revisar qué es lo que había dicho Huntington.

Al contrario de muchos que insisten en no dar importancia ni a Huntington ni a sus textos por su carencia de fundamentos y su discurso beligerante, consideramos que su productividad política es un motivo más que suficiente para estudiarlo, analizarlo y comentarlo, por lo que procederé a hacer una breve revisión crítica de los puntos centrales de su artículo Choque de civilizaciones.

Recién terminada la guerra fría, Huntington intentaba vislumbrar el nuevo patrón de los conflictos internacionales para los tiempos venideros, enunciando la siguiente hipótesis: “El carácter de las grandes divisiones de la humanidad como de la fuente dominante de conflicto será cultural. Las naciones estado seguirán siendo los agentes más poderosos en los asuntos mundiales, pero en los principales conflictos políticos internacionales se enfrentarán naciones o grupos de civilizaciones distintas; el choque de civilizaciones dominará la política mundial. Las líneas de ruptura entre las civilizaciones serán los frentes de batalla del futuro”34. No obstante, esta tesis no es original de Huntington, ya que en 1990 el prominente orientalista35 Bernard Lewis concluía su artículo Las raíces de la ira musulmana diciendo: “es indudable que hoy nos enfrentamos a una actitud y a un movimiento que trascienden con mucho el simple nivel de los intereses, las políticas y los gobiernos que los ejecutan. Se trata ni más ni menos, de un choque de civilizaciones: la reacción quizá irracional, pero sin duda histórica, de un rival antiguo contra nuestra herencia judeocristiana, nuestro presente secular y la expansión mundial de ambos”36. Es significativo el lugar privilegiado que Lewis da al tema civilizacional en la lucha política, pues pretende situarlo por sobre los intereses y las políticas que, como veremos más adelante, se determinan exactamente a la inversa. Además, este enfrentamiento civilizacional tendría según Lewis, una continuidad histórica, y sería una reacción hacia la expansión de los valores occidentales; todas estas ideas serán asumidas por Huntington.

Según el autor, las civilizaciones que configurarían el orden mundial post guerra fría serían: la occidental, confuciana, japonesa, islámica, hindú, eslava ortodoxa, latinoamericana, y posiblemente, la civilización africana37. Llama profundamente la atención, el reduccionismo en que incurre Huntington; como si se pudiera incluir en una misma civilización “islámica” a Indonesia, Malasia, y a los árabes, y como si entre éstos últimos no hubiera cristianos, que por lo demás pertenecen a distintas corrientes del cristianismo, ¿significa que los árabes cristianos ortodoxos quedan dentro de la civilización eslava ortodoxa, y los árabes católicos romanos dentro de la occidental?, Caben serias dudas sobre la consistencia de estos agrupamientos. Luego, la principal confrontación, sería entre el cristianismo occidental y el Islam junto con el cristianismo ortodoxo, la que se configuraría tras haber desaparecido la división ideológica de Europa, cuya línea de ruptura la sitúa geográficamente entre los territorios que históricamente pertenecieron a los Imperios de Europa Occidental y, a los Imperios Otomano y Zarista. A partir de esto, surge una primera interrogante hacia los mitos de la construcción de Occidente como una totalidad continua e inmutable: ¿acaso no perteneció Grecia, la cuna de la civilización occidental, al Imperio Otomano, siendo actualmente en un 90% ortodoxa, y miembro de la Unión Europea? ¿Cómo podría Occidente considerarse la síntesis de Grecia, Roma, Renacimiento, Reforma, Ilustración, Revolución Industrial y Democracia, a la vez que atribuirse una herencia judeocristiana, siendo que judaísmo y cristianismo nacen en Palestina? Si es como dice Huntington, entonces las bases de la civilización occidental están del otro lado de su línea de ruptura.

Entonces la pregunta que habría que hacerse es: ¿el choque de civilizaciones trasciende, como decía Lewis, los intereses y las políticas, o este presunto choque es un discurso político que se construye en función ellas?

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